Se trata de una victoria jurídica que sin duda dará una ventaja a un comerciante de Pâquis. En octubre de 2017, una boca de riego con la válvula abierta inundó su tienda de comestibles, provocando daños por valor de 350.000 francos, entre mercancías perdidas (2.000 kilos de carne), aparatos eléctricos destruidos y daños por agua. Siete años después, el Tribunal de Primera Instancia reconoció la responsabilidad de la ciudad en este asunto, informa el “Tribune de Genève”. Considera “altamente probable” que el episodio haya sido provocado por la negligencia de un empleado municipal. Por el contrario, la tesis de un hipotético transeúnte que abrió la válvula no convenció a los tribunales, que la calificaron de “una versión de los hechos imaginada por la ciudad de Ginebra para eximirse de toda responsabilidad”. El Ayuntamiento ha sido condenado a pagar 12.000 francos al hombre, la mitad por los daños y el resto por su abogado. Lejos de las afirmaciones del perjudicado que, ya en 2018, expresó la complicísima situación en la que lo había sumido esta inundación.
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