Una primicia: un cardenal y un obispo belgas remitidos al tribunal penal

Una primicia: un cardenal y un obispo belgas remitidos al tribunal penal
Una primicia: un cardenal y un obispo belgas remitidos al tribunal penal
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El caso es doloroso y complejo. Quentin (nombre ficticio), que es sacerdote, se enamora de una feligrés, Eva (nombre ficticio). En marzo de 2016, Eva quedó embarazada. Ella no quiere abortar.

Quentin se pone en contacto con un CPAS de la región de Bruselas para explicarle a Eva las opciones que tiene. Quentin asegura que este contacto está amparado por el secreto profesional.

Eva dará a luz bajo X en Francia y entregará al niño en adopción.

En su parroquia, Quentin será abordado por una feligresa, empleada del municipio del que depende el CPAS con el que contactó, y le explicará que ha sabido que él es el padre biológico de un niño.

La información llegó a oídos de una pareja de feligreses influyentes que, después de enfrentarse a Quentin, informaron a monseñor Jozef De Kesel de la paternidad de Quentin.

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Una secuencia fatal para Quentin

Es entonces el 8 de abril de 2019. Y todo se precipita. Quentin fue convocado al arzobispado el 11 de abril. Está suspendido. El 14 de abril, Quentin no pudo celebrar la misa del Domingo de Ramos. Lo reemplaza otro sacerdote.

Al final de la celebración, Mons. Kockerols hace una declaración. Explica que el padre Quentin había cometido, hace algún tiempo, actos que no son compatibles con su estatus clerical y que lo admitió.

Mons. Kockerols añade luego: “Me gustaría señalar muy explícitamente, para evitar cualquier ambigüedad, que los hechos alegados no se relacionan con actos de abuso sexual de menores.”

Para el abogado de Quentin, Cédric Vergauwen, que se había declarado ante el Consejo, al revelar informaciones que les habían sido comunicadas en el marco de su función, los dos clérigos violaron así su secreto profesional.

Y, al sugerir que se trataba de abuso sexual a un adulto –que no fue el caso–, fueron culpables de difamación.

Para el Consejo, tanto Mons. De Kesel como Mons. Kockerols deberían haber sabido que tales alusiones o insinuaciones públicas tendrían consecuencias perjudiciales para Quentin.

Por tanto, la sala del consejo siguió el argumento de Me Vergauwen, contra la opinión de la fiscalía que, como la defensa de los dos eclesiásticos, apoyó el sobreseimiento del caso.

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Reducido al estado laico

En noviembre de 2019 se abrió contra Quentin un procedimiento de reducción al estado laico. Se completará en febrero de 2021.

Quentin y Eva se han vuelto a conectar: ​​ahora están casados. Tuvieron un hijo y una hija. Quentin encontró su vocación en la educación.

Su denuncia también se dirigió al presidente del CPAS y a la pareja que había informado a Mons. De Kesel. Estas tres personas obtuvieron el sobreseimiento del caso.

En teoría, esta orden de remisión no está sujeta a recurso. Los debates se celebrarán, por tanto, ante el tribunal penal de Bruselas, donde los dos eclesiásticos responderán, en una fecha aún no fijada, por difamación y violación del secreto profesional.

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