El Parlamento Europeo presentó el miércoles en Estrasburgo el nuevo equipo de la Comisión Europea, que asumirá sus funciones a principios de diciembre en un contexto de graves turbulencias económicas y geopolíticas.
El ejecutivo europeo obtuvo 370 votos (282 en contra, 36 abstenciones). El segundo mandato de Ursula von der Leyen podrá comenzar unos cincuenta días antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Prevaleció una sensación de urgencia.
Europa “no tiene tiempo que perder”, advirtió el presidente de la Comisión, priorizando la competitividad para “cerrar” la brecha con Estados Unidos y China.
“Nuestra libertad y nuestra soberanía dependen más que nunca de nuestro poder económico”, insistió.
En materia de defensa, Ursula von der Leyen insistió después en la necesidad de hacer más para competir con el gasto militar ruso, en un momento en el que el regreso de Donald Trump hace temer una retirada de Estados Unidos en Ucrania.
“Nuestros gastos deben aumentar”, afirmó este alemán de 66 años. “Rusia gasta hasta el 9% de su PIB en defensa. Europa gasta una media del 1,9%. Hay algo mal en esta ecuación”.
Preparar el regreso de Trump es “el desafío más urgente” para la UE, subraya Luigi Scazzieri, analista del Centro para la Reforma Europea. En “dos frentes”: el comercio, con la promesa del presidente electo republicano de aumentar los derechos de aduana sobre los productos europeos, y la “seguridad”, con la guerra en Ucrania.
A pesar de estos desafíos, el Parlamento Europeo habrá tenido dificultades antes de aprobar la nueva Comisión.
Los grupos se enfrentaron por la vicepresidencia concedida al italiano Raffaele Fitto (Cohesión Territorial), miembro del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni, mientras que la izquierda exigió el mantenimiento de un “cordón sanitario”.
Von der Leyen asumió esta vicepresidencia, lo que le permite mantener sus relaciones con Meloni. “Es una decisión que tomé”, subrayó ante los eurodiputados.
– Kaja Kallas sobre la diplomacia –
Después de varios días de enfrentamiento, el PPE (derecha), los centristas de Renew y los socialdemócratas acabaron sellando un acuerdo para aprobar a todos los comisarios propuestos, el primero en veinte años.
Entre las caras nuevas: la ex primera ministra estonia Kaja Kallas se convierte en la nueva jefa de la diplomacia de la UE, el centrista francés Stéphane Séjourné obtiene una vicepresidencia con una amplia cartera de estrategia industrial, y la socialista española Teresa Ribera será vicepresidenta para la transición ecológica y competencia.
Esta nueva Comisión se inclina hacia la derecha con una quincena de carteras, de un total de 27, asignadas al PPE (derecha), la principal fuerza política en el Parlamento.
El líder del PPE, Manfred Weber, no ocultó su satisfacción. Se trata de una Comisión “muy equilibrada”, afirmó, mencionando una posible mayoría parlamentaria que abarca desde el ECR (extrema derecha), donde se encuentran los eurodiputados italianos de Giorgia Meloni, hasta algunos Verdes.
– “Necesidad de estabilidad” –
De paso, el funcionario alemán volvió a restar importancia a las acusaciones de la izquierda sobre sus ambigüedades con la extrema derecha.
“Hay líneas rojas” y no es posible cooperar con quienes no son “pro Europa, pro Ucrania y pro Estado de derecho”, reafirmó, distinguiendo entre las tropas de Giorgia Meloni y los otros dos grupos de extrema derecha.
Al frente de los socialdemócratas, la española Iratxe García-Pérez destacó la “necesidad de estabilidad” en Europa para explicar su apoyo al nuevo equipo. Pero “no es un cheque en blanco”, advirtió, advirtiendo al PPE. “No aceptaremos doble trato” con la extrema derecha.
La concesión de una vicepresidencia a Raffaele Fitto dividió a su grupo. Los socialistas franceses votaron en contra de la nueva Comisión. “Estamos cruzando una línea roja. Deberíamos tener una comisión de combate, capaz de defender el interés general europeo, y no creo que Fratelli d’Italia esté en esa línea”, denunció Raphaël Glucksmann (Plaza Pública).
Entre los Patriots, de extrema derecha, el francés Jordan Bardella rechazó de plano el nuevo equipo, “comisionados desconocidos para el gran público que dictan la vida cotidiana de 450 millones de ciudadanos”, criticó.