La cadena de supermercados alemana Rewe está probando el uso de inteligencia artificial en algunas tiendas. Los clientes son examinados por cientos de cámaras durante sus compras, y la IA se encarga de la entrada de productos y la facturación. Según los expertos, un sistema de este tipo podría llegar tarde o temprano a Suiza.
“Sentimos que volamos”, dice un cliente de un supermercado con su bolsa llena de compras. En varias tiendas Rewe de toda Alemania se puede salir sin pagar, al menos no en las cajas o en las estaciones de autopago. Ni siquiera es necesario escanear los artículos, el cliente puede elegir sus productos, llenar su bolsa e irse a casa.
El minorista Rewe, al igual que otras cadenas de supermercados alemanas, trabaja actualmente con sistemas de inteligencia artificial en tiendas “de prueba”. Ayudada por multitud de cámaras, la IA detecta en tiempo real qué productos se retiran de los lineales y se encarga de debitar automáticamente el importe de la compra en el método de pago registrado por los clientes.
Para la dirección de Rewe, así serán las compras en el futuro. La empresa niega que esto permita ahorrar a expensas del personal, como muchos temen. “El objetivo no es reducir la plantilla, sino más bien ofrecer una experiencia a los clientes y combatir la escasez de personal cualificado”, explica Alina Klüger, directora del proyecto.
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La IA debe proporcionar una ventaja a las empresas
Las investigaciones realizadas hasta ahora dicen algo completamente diferente, señala Gianluca Scheidegger del Instituto Gottlieb Duttweiler (GDI), un centro de estudios sobre cuestiones de política económica y social con sede en Rüschlikon, en el cantón de Zúrich. “Los estudios realizados en Estados Unidos muestran que las empresas que utilizan IA en sus operaciones anuncian menos puestos de trabajo”.
Gianluca Scheidegger realizó una encuesta representativa sobre el uso de la IA en Suiza, Alemania y Austria. “Nos sorprendió la sinceridad de las respuestas de la dirección”, afirma. “Los ejecutivos esperan que la IA beneficie principalmente a la empresa, no a los clientes”. Según él, es de esperar que tarde o temprano lleguen a Suiza sistemas de compra de este tipo.
Los más pobres se benefician poco de la IA
El estudio de GDI muestra que el uso de la inteligencia artificial se valora de forma más o menos positiva en función del nivel de formación de las personas encuestadas. Las personas que han completado una formación universitaria están mucho más abiertas a esta tecnología que quienes siguieron la vía del aprendizaje o quienes abandonaron su formación al finalizar la educación obligatoria.
Las razones de esta diferencia no son infundadas, explica Gianluca Scheidegger. “Los últimos 40 años han demostrado que el uso de nuevas tecnologías ha hecho que los ricos se vuelvan más ricos y los pobres más pobres. La brecha salarial ha seguido ampliándose”.
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Los clientes son filmados por 800 cámaras.
La tecnología utilizada en la tienda de pruebas de Rewe en Düsseldorf se llama Computer Vision. Funciona mediante 800 cámaras instaladas en el techo. Sin embargo, según Alina Klüger, no hay motivo para preocuparse por la protección de datos: “Las cámaras sólo registran la interacción de los compradores con los productos en las estanterías. No nos interesan las caras ni los datos biométricos.
Una rápida encuesta entre los clientes de la tienda de Düsseldorf muestra que las compras rápidas son bastante bien recibidas. “Si tuviera la opción de hacer mis compras como aquí o en una tienda sin este sistema, siempre optaría por esta opción”, afirma una persona en el supermercado. “Confío en que Rewe no hará nada estúpido con mis datos. Para mí, la comodidad es lo primero”, afirma otro cliente.
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Ivana Imoli, SRF/dk
