Una vaca, una cabra, gallinas… El contraste era muy simbólico este viernes por la tarde a la entrada del ZI.Nord de Limoges, entre el mundo agrícola y esta meca de las marcas de automóviles.
Los automóviles se utilizan a menudo como ejemplos para ilustrar el tipo de bienes que se beneficiarán del Mercosur, el acuerdo de libre comercio actualmente en negociación entre Europa y los países de América del Sur.
“No hay ganado para los autos”
Estuvieron presentes una treintena de agricultores de la Confederación Paysanne, sin provocar grandes disturbios, pero sí un poco de caos.
Presa de filtrado, reparto de folletos, flash in the pan en la rotonda…
La Confédération Paysanne quería diferenciarse de otros sindicatos agrícolas para transmitir su propio mensaje.
“No queremos intercambiar ganado por automóviles, ni alimentos por bienes y servicios. Nos oponemos al Mercosur. Los agricultores sufren de falta de ingresos, los precios no son acordes con nuestro trabajo. 700.000 agricultores menos en 30 años, es hora de volver a poner la agricultura en el punto de mira”, proclama Philippe Babaudou, portavoz del sindicato.
“La agricultura y la alimentación no tienen cabida en un acuerdo de libre comercio. Es suficiente que los agricultores vean llegar cantidades astronómicas de alimentos desde América Latina a cambio de productos industriales”, confirma Julien Roujolle, horticultor de Les Cars.
Un mensaje diferente de Fnsea
La Confédération Paysanne lucha contra los tratados de libre comercio desde hace 25 años.
Denuncia un sindicato Fnsea “que ha hecho desaparecer las pequeñas explotaciones familiares en beneficio de las empresas y de las explotaciones muy grandes, como se hace en Europa”, según Philippe Babaudou.
Franck Jacquet
France