Google bajo presión para separarse de Chrome

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El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DoJ) planea pedir a un juez federal que ordene a Google vender su navegador Chrome. La medida radical es parte de una amplia demanda antimonopolio destinada a limitar el dominio del gigante tecnológico en los mercados de búsqueda en línea y publicidad digital.

La demanda, una de las más importantes contra una empresa de tecnología en décadas, busca desmantelar lo que el Departamento de Justicia describe como prácticas anticompetitivas sistemáticas. Chrome, que controla alrededor del 61% del mercado de navegadores de Estados Unidos, es un pilar central del ecosistema digital de Google. El Departamento de Justicia afirma que esta posición dominante permite a la empresa recopilar masivamente datos de los usuarios y fortalecer su monopolio publicitario, alimentando así la mayor parte de sus ingresos.

Además de esta solicitud, el Departamento de Justicia también podría exigir cambios en el uso de inteligencia artificial por parte de Google y ajustes en su sistema operativo Android, que impulsa la mayoría de los teléfonos inteligentes en todo el mundo.

Una batalla legal histórica

Este enfoque sigue a una decisión dictada en agosto pasado, en la que el sistema de justicia estadounidense dictaminó que Google mantenía ilegalmente un monopolio en el campo de las búsquedas en línea. En septiembre, el ministerio ya había pedido la separación de las actividades publicitarias de Google, en particular en lo que respecta a Google Ad Manager, una plataforma clave en la gestión de la publicidad online.

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Un fallo a favor de estas solicitudes podría conducir a una reconfiguración importante del panorama tecnológico global, cambiando las prácticas de los gigantes digitales y allanando el camino para una mayor competencia.

La defensa de Google

Google reaccionó con firmeza ante esta ofensiva legal. Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de la empresa, denunció lo que llama una “agenda radical” por parte del Departamento de Justicia. “Este tipo de medidas no sólo podrían perjudicar a los consumidores y desarrolladores, sino también debilitar el liderazgo tecnológico de Estados Unidos en un entorno global altamente competitivo”, afirmó.

Para Google, la posible escisión de Chrome no resolvería los problemas planteados por los tribunales y, por el contrario, correría el riesgo de alterar el ecosistema digital, sin ofrecer ventajas reales a los usuarios.

Un precedente histórico

Este juicio recuerda el intento de escisión de Microsoft a principios de la década de 2000, también liderado por el Departamento de Justicia. Aunque esta iniciativa fracasó, marcó un punto de inflexión en la regulación de las grandes empresas tecnológicas. Hoy, en un contexto de rápido crecimiento de la inteligencia artificial y la transformación digital, lo que está en juego es aún mayor.

Mientras continúan las audiencias, toda la industria tecnológica está pendiente de la decisión del juez. Un resultado desfavorable para Google podría redefinir las reglas del juego para las grandes empresas digitales, imponiendo límites más estrictos a su expansión y dominio en mercados clave.

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