METROA pesar de las reformas y planes de acción anunciados en los últimos años, el servicio de urgencias sigue siendo el pariente pobre del sistema sanitario marroquí. Hasta la fecha, el tratamiento de las emergencias médicas sigue estando muy por debajo de las expectativas de los ciudadanos y de los estándares internacionales. Entre falta de recursos humanos, equipamiento insuficiente y sobrecarga de los establecimientos hospitalarios, la situación se considera crítica. En 2020, el Ministerio de Sanidad contabilizó 89 urgencias médicas locales (UMP) distribuidas de forma desequilibrada entre las diferentes regiones de Marruecos.
Algunas, como Fez-Meknes y Marrakech-Safi, están mejor equipadas con infraestructuras con 16 y 13 UMP respectivamente. Por otro lado, la región Casablanca-Settat, a pesar de su importancia económica y demográfica, sólo cuenta con cuatro unidades. Este desequilibrio regional deja ciertas zonas en una grave precariedad médica, con poco o ningún acceso a atención de emergencia, exacerbando las desigualdades en la atención sanitaria de los ciudadanos. Los servicios de urgencia marroquíes suelen verse desbordados, en particular por la afluencia de pacientes que buscan atención no urgente.
En este sentido, el exministro de Sanidad, Khalid Ait Taleb, declaró en 2023 que el 80% de los servicios de atención no urgente son prestados por estos servicios. Esta situación se ve agravada, según los profesionales, por la falta de coordinación entre los centros sanitarios y las unidades locales, lo que genera una sobrecarga en los servicios de urgencia. Según el Dr. Tayeb Hamdi, médico e investigador en políticas y sistemas sanitarios, la situación de emergencia en Marruecos es consecuencia de una combinación de disfunciones.
“El Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE), en su dictamen sobre las emergencias médicas en Marruecos, ha elaborado una evaluación en profundidad de los principales retos que afectan a este sector. Este diagnóstico pone de relieve varios problemas, entre ellos una importante desorganización, dificultades de coordinación, escasez de personal de enfermería, insuficiencias en el transporte sanitario, etc. Estas disfunciones se manifiestan en cada etapa de la cadena de atención de emergencia, desde la primera solicitud de servicios por parte del ciudadano hasta la atención final”, subraya el Dr. Hamdi. Para remediar estas disfunciones, el CESE ha propuesto una serie de medidas estructuradas en cinco ejes.
El primer eje recomienda un enfoque territorial para establecer una organización regional que responda mejor a las necesidades locales, integrando sistemas de prevención y planificación adaptados a las emergencias médicas. El segundo se centra en la intervención prehospitalaria, sugiriendo aumentar la conciencia pública y ampliar el papel del SAMU. Este componente también incluye la integración de los médicos de primera línea, es decir, médicos generales y médicos de familia, en el sistema de urgencias y la mejora del transporte sanitario para una mejor coordinación.
El tercer eje destaca la importancia de facilitar el acceso a las emergencias mediante la introducción del pago de terceros, permitiendo a los ciudadanos beneficiarse de la atención sin obstáculos financieros. El cuarto aborda la cuestión crucial de la escasez de personal médico especializado en emergencias, con una necesidad urgente de contratar más médicos y enfermeras especializados. Finalmente, el quinto eje tiene como objetivo fortalecer la prestación de atención de emergencia, en particular integrando la formación de médicos generales y médicos de familia en medicina de emergencia.
“Al aumentar la conciencia pública, Basando la medicina de emergencia en la medicina general y la medicina familiar y digitalizando nuestro sistema de salud, podemos mejorar esta medicina de emergencia que es un pivote del sistema de salud y que a menudo constituye el primer punto de contacto entre el ciudadano y el sistema de salud”, insiste. Doctor Hamdi. En el mismo sentido, el Dr. Tayeb Hamdi señala la necesidad de crear un número único de emergencia a escala nacional, para simplificar el acceso de los ciudadanos a estos servicios de emergencia y evitar pérdidas de tiempo.
“Gracias a este número único, los ciudadanos pueden acceder más rápidamente a los servicios de emergencia adecuados, sin tener que buscar entre diferentes números ni correr el riesgo de contactar con el servicio equivocado. Este sistema optimiza el tiempo de tratamiento médico dirigiendo directamente a los pacientes al servicio de emergencia adecuado. Con un único número, los operadores pueden guiar eficazmente a los solicitantes al centro de salud adecuado, incluso en caso de saturación, sin desplazamientos innecesarios entre hospitales”, explicó.
“Un sistema de este tipo es crucial para la coordinación de emergencias, garantizando una gestión optimizada de los flujos de pacientes y reduciendo la carga innecesaria en estructuras inadecuadas, maximizando al mismo tiempo las posibilidades de supervivencia gracias a un tratamiento rápido. Este número nacional desempeña un papel esencial en la coordinación, organización y eficiencia de las emergencias médicas, porque en situaciones críticas, cada minuto ahorrado puede literalmente marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, continúa el Dr. Hamdi.
A pesar de las iniciativas tomadas para compensar las deficiencias, los servicios de emergencia en Marruecos siguen en crisis. Recordemos que en 2013 se diseñó un plan nacional, con un presupuesto de 500 millones de dírhams, para modernizar las urgencias y mejorar la atención prehospitalaria y hospitalaria. En 2019 se puso en marcha un nuevo plan de aceleración, pero sin conseguir eliminar las disfunciones detectadas. De cara al año 2025, el gobierno parece decidido a solucionar los problemas relacionados con el servicio de urgencia en Marruecos.
Según el informe sobre los servicios estatales de gestión autónoma (Segma), que acompaña al PLF 2025, el gobierno pretende remediar las diversas disfunciones del hospital público a través de varias acciones, en particular el apoyo a los establecimientos hospitalarios en el desarrollo de planes de emergencia hospitalaria, así como el establecimiento de servicios de emergencia especializados y el fortalecimiento de los recursos humanos de emergencia.