Ante las devastadoras inundaciones que azotan a España, la diáspora marroquí, con alrededor de 900.000 miembros, está mostrando una notable oleada de solidaridad. Movilización asociativa, recaudación de fondos y ayuda humanitaria: esta comunidad activa fortalece, a través de sus acciones, los vínculos históricos y culturales entre Marruecos y su vecino ibérico.
La diáspora marroquí en España, de alrededor de 900.000 personas, representa una de las comunidades extranjeras más grandes del país, lo que refleja una relación histórica y cultural única entre Marruecos y España. Ante las devastadoras inundaciones que afectan al país, esta comunidad se ha movilizado de manera excepcional, en particular mediante campañas de recaudación de fondos, el suministro de equipos de socorro y la organización de redes locales de apoyo. Esta efusión de solidaridad ilustra el papel central de la diáspora en el fortalecimiento de los lazos entre las dos naciones.
Los marroquíes establecidos en España intervinieron activamente en las zonas de catástrofe
“En respuesta a las inundaciones, los marroquíes residentes en España desempeñaron un papel activo en las zonas de catástrofe, especialmente en Valencia, una de las regiones más afectadas”indica en declaraciones a Hespress el P., secretario general e investigador asociado del Centro Marroquí de Investigación para la Globalización “NejMaroc”, Yassine El Yattioui. “Según datos recientes, casi 20.000 hogares se han visto afectados en esta región, lo que pone de relieve la magnitud del desastre. Iniciativas de solidaridad, organizadas por asociaciones y grupos informales marroquíes, han permitido proporcionar alimentos y alojamiento temporal a familias pobres. Estas acciones reflejan el espíritu comunitario que caracteriza a la diáspora marroquí, fortaleciendo los vínculos sociales en un contexto de crisis”.subraya El Yattioui, que también es estudiante de doctorado en la Universidad de Salamanca.
Más allá de las respuestas a los desastres naturales, “La diáspora marroquí juega un papel esencial en la sociedad española. Con un notable aporte económico, particularmente en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios, participa activamente en el desarrollo local”señala el Secretario General de NejMaroc. En 2022, “Las remesas de la diáspora marroquí desde España a Marruecos alcanzaron casi el 8% del total de las remesas mundiales, lo que pone de relieve su impacto en la economía marroquí. Estos flujos financieros, al igual que los gestos de solidaridad en España, reflejan una doble pertenencia y un compromiso con los dos países”dice.
La solidaridad mostrada por la diáspora marroquí en España pone de relieve la riqueza de su tejido asociativo
Y el señor EL Yattioui recuerda que, históricamente, “Las relaciones entre Marruecos y España se han visto reforzadas por una proximidad geográfica de 14 kilómetros al Estrecho de Gibraltar, pero también por continuos flujos migratorios desde los años 1960. Este contexto ha favorecido una paulatina integración de los marroquíes en España, donde se distinguen las segundas generaciones. por su éxito académico y profesional. Muchas iniciativas culturales, como las fiestas que celebran el patrimonio andaluz, sirven de puentes para mantener la memoria compartida y promover la convivencia armoniosa”..
Además, “La solidaridad mostrada por la diáspora marroquí en España durante las recientes inundaciones pone de relieve también la riqueza de su tejido asociativo”releve le SG de NejMaroc. “Organizaciones como los “Amigos de Marruecos” en Madrid o colectivos juveniles en Barcelona han movilizado recursos económicos y humanos para ayudar a las víctimas. Estas acciones, amplificadas por las redes sociales, permitieron sensibilizar a un público más amplio y coordinar una respuesta rápida y eficaz”, afirmó el analista, que cree que “esta movilización también demuestra la influencia de la identidad árabe-andaluza en la diáspora”.
“El espíritu de ayuda mutua y de compartir, valores heredados de este período histórico, sigue inspirando a los marroquíes en España. Este patrimonio común constituye una base para el diálogo intercultural, esencial en un mundo marcado por tensiones identitarias”concluye El Yattioui.
