Al subir las escaleras hasta el segundo piso del Ayuntamiento de Dakar, un ambiente simbólico acoge a los visitantes desde el 8 de noviembre. La exposición ‘Ruinas’ revela obras sorprendentes que ofrecen una mirada crítica al pasado y al futuro de la capital senegalesa. La presencia policial en la entrada subraya el valor inestimable de este arte protegido.
La fascinante mezcla arquitectónica de lo moderno y lo histórico llama la atención, con fotografías y objetos de arte que contrastan poderosamente con la rápida urbanización de Dakar. “Un homenaje a los espacios en peligro de extinción”, explica Marco Lena, director ejecutivo del Fondo ASM, deseoso de salvaguardar la identidad de la ciudad bajo la presión del modernismo.
Entre las joyas expuestas, el libro de visitas del ayuntamiento conserva las llamativas firmas del general de Gaulle y de otros personajes históricos, testimonios palpables de una preciosa memoria colectiva. Lena insiste: no se trata de simples vestigios, sino de fragmentos vivos que es absolutamente necesario preservar para el mañana.
Con un realismo conmovedor, las obras expuestas plantean preguntas sobre los cambios ecológicos y sociales, empujando a cada visitante a reflexionar sobre las metamorfosis urbanas. Lena destaca la uniformidad aportada por la globalización, lamentando la desaparición gradual de las tradiciones en los barrios.
El tema central ‘Ruinas’ nos exige no obviar ciertos lugares icónicos como la estación de tren o el aeropuerto, ya al borde del olvido. La exposición sirve como advertencia: destruir la historia es arriesgarse al borrado cultural. A lo largo de las salas, más allá de las obras de arte, los visitantes realmente conectan con la esencia viva de Dakar, un patrimonio que resiste el tiempo.
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