El Tribunal de Cuentas de Vaud controló la gestión del sistema de guarderías por parte de la Fundación de Guarderías Infantiles (FAJE) y las redes de atención. Si bien destaca el rápido aumento del número de plazas (+51 % de 2015 a 2022), señala especialmente lagunas en el sistema, que carece notablemente de claridad y armonización.
“Si bien todavía queda mucho trabajo de mejora por hacer, el desarrollo de las guarderías ha sido considerable en los últimos años. Hay una voluntad y un esfuerzo real por parte de la FAJE para responder a la petición de los padres”, resumió. Nathalie Jacquerod, presidenta del Tribunal, a los medios de comunicación.
Además de subvencionar las redes de guarderías existentes en el cantón, la misión de la FAJE es evaluar las necesidades, coordinar la organización de las guarderías y fomentar la creación de plazas. Sin embargo, no realiza ninguna actividad operativa en las redes. Pero según Nathalie Jaquerod, no es necesario tener una entidad central que tenga el poder de imponer medidas en las redes.
En 2022, el coste total de las guarderías ascendió a 628 millones de francos, financiado principalmente por los padres (42%), los municipios (33%) y la FAJE (22%), a su vez financiada por el Estado de Vaud y los empresarios. Esta cantidad ha ido creciendo constantemente desde que se puso en marcha el sistema en 2006, como resultado de la ley de guarderías (LAJE), que entró en vigor el mismo año.
Fortalecer la gestión
“El sistema ha demostrado su eficacia, se ha profesionalizado en casi 20 años. Sin embargo, es necesario perfeccionar la gestión de la FAJE, reforzar el apoyo a las 33 redes con el objetivo de estandarizar las prácticas y mejorar su gestión financiera”, afirmó. . El Tribunal también formula nueve recomendaciones a la FAJE, todas las cuales son aceptadas.
En su fiscalización, el Tribunal se centró principalmente en aspectos relacionados con la ocupación y facturación de los lugares de recepción existentes, así como en la gestión de costes, auditando seis redes. Principales críticas: falta de claridad del sistema considerado demasiado complejo y descentralizado; un sistema de precios ilegible; objetivos estratégicos de la FAJE demasiado generales; y una insuficiente puesta en común de herramientas de gestión y operativas.
El Tribunal destaca que son, sin embargo, los municipios los que desempeñan un papel preponderante en el desarrollo de la oferta de plazas, al agruparse en redes. “Muy independientes”, reúnen las estructuras de acogida que gestionan la actividad diaria y la calidad de las 30.000 plazas subvencionadas.
Otro punto se refiere a las listas de espera. Un elemento que interesa a los padres, pero que no es óptimo.
Precios inexplicables
También observa que los objetivos y disposiciones de la ley (LAJE) no están suficientemente definidos. Las redes interpretan y aplican estos elementos de manera diferente, lo que resulta difícil de entender para los padres y los contribuyentes. Por ejemplo, cada red fija sus escalas de precios a su manera.
Debido a la ausencia de principios contables armonizados y de contabilidad analítica, el coste medio de un lugar no es comparable entre redes o, a veces, entre las estructuras de una red. “Las importantes diferencias resultantes son, por tanto, difíciles o incluso imposibles de explicar. Sin embargo, un análisis de este tipo permitiría identificar los ahorros”, subraya Jaquerod.
El papel y el posicionamiento de la propia FAJE frente a las redes tampoco están claramente establecidos. Sus objetivos estratégicos se formulan en términos generales y no van acompañados de metas ni plazos. “La futura revisión de la ley por parte del Consejo de Estado debería permitir aclarar el papel de la FAJE para que pueda imponer mejor sus objetivos”, afirmó Jaquerod.
Unificar el método de cálculo
Más allá de subvencionar parte de los costes salariales del personal educativo y de las tareas de vigilancia previstas por la ley, la FAJE ha desarrollado varias subvenciones de incentivo destinadas, en particular, a apoyar la apertura de nuevas plazas, promover la accesibilidad financiera o reforzar la gestión administrativa de las redes. La auditoría también señala que el rendimiento de estas subvenciones está poco cuestionado.
Cada red elige también su organización y gestión administrativa con total autonomía. Hay pocas iniciativas destinadas a aunar recursos y lograr economías de escala, señala también el Tribunal. Este es el caso en el campo de las tecnologías de la información, donde la gran mayoría de las redes utilizan el mismo proveedor sin realizar negociaciones grupales.
Todavía se hacen otras dos críticas. En primer lugar, los criterios para asignar plazas son dispares.
Entonces, tener en cuenta la tasa de actividad de los padres, que es imperativa, no se aplica de manera uniforme.
Los elementos a considerar en el cálculo del ingreso determinante para la facturación a los padres también están determinados por las redes. El Tribunal considera que el sistema ganaría en transparencia y eficiencia si se unificara este método de cálculo.
Alessia Merulla con ATS