El bitcoin, que no ha dejado de subir desde la elección de Donald Trump en Estados Unidos ante la perspectiva de una flexibilización regulatoria de las criptomonedas, superó el lunes los 82.000 dólares por primera vez en su historia.
La primera moneda digital por capitalización superó el umbral de los 75.000 dólares el jueves pasado y luego los 80.000 dólares el domingo, superando ampliamente el récord del pasado mes de marzo, que se situó en 73.797,98 dólares.
Y esta subida continuó el lunes. Después de alcanzar los 82.387,53 dólares, el bitcoin todavía alcanzaba los 82.204,19 dólares al final de la mañana, todavía claramente aumentando.
Las promesas de Donald Trump
Las criptomonedas siguen aumentando con la victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses de Donald Trump, que promete desregular este sector, yendo en contra de la tendencia del enfoque más restrictivo favorecido por el actual presidente Joe Biden.
El republicano ha jurado sustituir a Gary Gensler, jefe de la SEC, uno de los policías de los mercados financieros estadounidenses, odiado por el sector, al que “impidió cualquier lanzamiento de nuevos productos vinculados a las criptomonedas sin justificación”, señala Stéphane Ifrah. , analista de Coinhouse.
Sin embargo, este año la SEC autorizó en Estados Unidos los ETF de bitcoin y luego de ether, productos financieros respaldados por el precio de estas dos criptomonedas.
El euro pierde impulso frente al dólar
Afectado por las dificultades políticas de Alemania, el euro perdió un 0,17% frente a la libra alrededor de las 10:50 GMT del lunes, a 82,81 pence por euro, poco después de caer a un nuevo mínimo desde abril de 2022, a 82,79 pence.
La moneda única europea cayó un 0,40% frente a un dólar particularmente sano, hasta 1,0675 dólares por euro, niveles inexplorados desde junio pasado.
En Alemania aumentan las presiones para la rápida organización de elecciones legislativas anticipadas, tras la explosión, debido a desacuerdos en materia económica, de la coalición gubernamental formada inicialmente por los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, los ecologistas y los liberales.
ats/miro