¡Demasiado fósil! Los bancos europeos siguen apoyando masivamente nuevos proyectos de petróleo y gas, revela la ONG Reclaim Finance. Las inversiones en energías renovables siguen siendo una minoría muy pequeña.
“La financiación de los bancos europeos no ayuda a la transición energética de las empresas, ya que la mayor parte se destina a financiar las actividades de combustibles fósiles de estas empresas”, explicarle a verde Noam-Pierre Werlé, analista político de Reclaim Finance. En un informe publicado este jueves, la ONG especializada en el análisis de las prácticas del sector financiero ante la crisis climática revela que los 20 mayores establecimientos bancarios han realizado 985 transacciones (préstamos, emisiones de bonos, etc.) a empresas del vanguardia de la expansión del petróleo y el gas desde 2021.
Entre 2021 y 2023, los bancos europeos –los británicos Barclays y HSBC a la cabeza– financiaron la extracción y el transporte de combustibles fósiles por valor de 200 mil millones de dólares (unos 186 mil millones de euros).
Shell y TotalÉnergies se encuentran entre las empresas de petróleo y gas más mimadas por los bancos europeos, con más de 48 mil millones de dólares (alrededor de 44 mil millones de euros) en financiación entre 2021 y 2023. Reclaim Finance señala que el 72% de los fondos asignados a estas empresas alimentan su actividades de combustibles fósiles y no el desarrollo de alternativas como la inversión en energías renovables o biomasa.
En una carta abierta, la organización, junto con otras trece ONG, pide a los bancos que dejen de conceder préstamos o bonos a empresas que desarrollen nuevos proyectos de petróleo o gas.
Para 2021, la Agencia Internacional de Energía había ordenado a las empresas que ya no lanzaran nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5°C. En 2022, el organismo amplió esta recomendación a nuevas infraestructuras de transporte de gas y petróleo, como terminales y gasoductos de gas natural licuado (GNL).
El pasado mes de abril, BNP Paribas y Crédit Agricole anunciaron que pondrían fin al apoyo a proyectos de extracción de petróleo o gas, a diferencia de Société Générale y el grupo Banque Populaire-Caisse d’Epargne (BPCE). Según Reclaim Finance, los pagos del BNP al sector fósil aumentaron de poco más de ocho mil millones de dólares en 2021 a tres mil millones en 2023, por ejemplo. Un compromiso que la ONG acogió con agrado.
Sin embargo, el compromiso del BNP sólo se refiere a la extracción de combustibles fósiles. Éste sigue financiando el transporte de estos últimos, incluidas las terminales de GNL, al igual que los demás bancos, a excepción del Banco Postal.
Según Noam-Pierre Werlé, si bien la mayoría de los flujos financieros de los bancos se dirigen al sector fósil y no al desarrollo de alternativas, “La diversificación de las empresas hacia la producción de otros tipos de energía, incluidas las renovables, sirve de argumento para los bancos que dicen que deben apoyar a las empresas en su transición”.
En 2025, los bancos deberán publicar su plan de transición climática, como parte de la directiva europea sobre reducción de riesgos financieros. La ONG Reclaim Finance está pidiendo a los reguladores que “hagan de la suspensión de la financiación para la expansión del petróleo y el gas un criterio estricto” para estos planes, para evitar cualquier intento de lavado verde.
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