Reelección de Trump: las asociaciones marroquíes puestas a prueba por la guerra económica chino-estadounidense

Reelección de Trump: las asociaciones marroquíes puestas a prueba por la guerra económica chino-estadounidense
Reelección de Trump: las asociaciones marroquíes puestas a prueba por la guerra económica chino-estadounidense
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En los últimos años, Marruecos se ha convertido en un destino atractivo para las inversiones industriales chinas, particularmente en sectores estratégicos de tecnología verde, debido al acuerdo de libre comercio que Marruecos firmó con Estados Unidos en 2004.

En un contexto marcado por la reelección de Donald Trump, que se opuso firmemente al ascenso de China en el mercado mundial, esta dinámica inversora plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones chino-marroquíes y sus implicaciones en los acuerdos económicos entre Marruecos y el Reino Unido. Estados Unidos.

Una respuesta al proteccionismo estadounidense

Con la reelección de Donald Trump, se espera que la política comercial estadounidense se ajuste aún más hacia China. Trump ya había iniciado una serie de contramedidas para limitar la entrada de productos chinos a Estados Unidos, provocando impactos significativos en las exportaciones chinas. En respuesta, Beijing ha comenzado a diversificar sus estrategias para eludir las barreras comerciales estadounidenses, optando por inversiones directas en países estratégicos con los que Washington tiene acuerdos de libre comercio. Marruecos, gracias a su asociación con los Estados Unidos, se encuentra en una posición privilegiada para convertirse en una plataforma de exportación al mercado americano.

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De hecho, varias empresas chinas especializadas en la producción de baterías para vehículos eléctricos y de materiales críticos necesarios para la transición energética han anunciado su intención de invertir masivamente en Marruecos. Estas inversiones, estimadas en cerca de 10.000 millones de euros, tienen como objetivo establecer unidades de producción de componentes para baterías eléctricas, la mayoría de las cuales están destinadas a exportarse a Estados Unidos. Marruecos se convierte así en un elemento central de la estrategia china de “friend-shoring”, concepto que consiste en establecer intercambios comerciales entre países amigos o vinculados por acuerdos económicos, con el fin de eludir las barreras proteccionistas.

Intereses convergentes de Marruecos y China

La Ley de Reducción de la Inflación (IRA), aprobada bajo la administración Biden, es un plan de 400 mil millones de dólares para promover tecnologías limpias y reducir las emisiones de carbono. El plan, al ofrecer créditos fiscales para vehículos eléctricos fabricados con componentes no chinos, ha llevado a China a repensar su estrategia de abastecimiento. Para mantenerse en la carrera por los mercados occidentales, Beijing está invirtiendo en países “amigos”, lo que probablemente le garantice un acceso indirecto al mercado estadounidense.

Marruecos, gracias a sus recursos de energía solar y eólica y a su creciente experiencia industrial, se está convirtiendo en el socio preferido de China. Al establecerse en Marruecos, las empresas chinas podrían obtener acceso preferencial a los créditos fiscales estadounidenses, beneficiándose al mismo tiempo de la mano de obra cualificada y del marco de producción marroquí. Esta alianza también refuerza la ambición de Marruecos de convertirse en un actor clave en la industria verde en África.

Las cuestiones marroquíes y la reelección de Donald Trump

Sin embargo, la reelección de Trump podría poner en duda esta estrategia china. Conocido por su enfoque proteccionista, Trump podría considerar restringir aún más el IRA cambiando las condiciones de acceso a créditos fiscales para productos importados de países donde China tiene importantes intereses económicos. Si Trump impusiera nuevas restricciones, las inversiones chinas en Marruecos, aunque beneficiosas para el Reino, podrían perder parte de su atractivo para las exportaciones a Estados Unidos.

Para Marruecos, este escenario plantea importantes desafíos. Por un lado, las inversiones chinas aportan notables beneficios al país en términos de creación de empleo, transferencia de tecnología y fortalecimiento de la cadena de valor local. Por otro lado, la creciente tensión entre Estados Unidos y China podría obligar a Marruecos a reevaluar su estrategia de atracción de inversiones extranjeras, con el fin de preservar sus relaciones comerciales y diplomáticas con Estados Unidos.

Implicaciones geopolíticas para Marruecos

El posicionamiento de Marruecos como socio privilegiado tanto de Estados Unidos como de China demuestra su deseo de equilibrar sus relaciones para maximizar las oportunidades económicas. Sin embargo, esta posición podría resultar difícil de mantener si las relaciones entre China y Estados Unidos continúan deteriorándose bajo la administración Trump. La política exterior de Trump, centrada en la competencia con China, podría llevar a Estados Unidos a ejercer presión sobre sus socios económicos, incluido Marruecos, para limitar las inversiones chinas.

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En este contexto, Marruecos podría verse obligado a adoptar una diplomacia más sutil y proactiva para navegar entre las dos potencias. Por un lado, debe seguir atrayendo inversiones chinas, esenciales para la modernización de su infraestructura industrial. Por otro lado, debe evitar comprometer su asociación estratégica con Estados Unidos, que le ofrece valiosas ventajas comerciales y diplomáticas, en particular para acceder al mercado norteamericano.

¿Y la ambición de la autonomía industrial marroquí?

A pesar de las posibles tensiones entre Washington y Beijing, las inversiones chinas representan una gran oportunidad para que Marruecos fortalezca su autonomía industrial y desarrolle una base manufacturera sólida. El establecimiento de centros de producción de componentes de baterías y otras tecnologías verdes podría permitir a Marruecos convertirse en un actor clave en la economía verde de África. Al desarrollar habilidades locales y fortalecer sus capacidades de producción, Marruecos podría prepararse para exportar a otros mercados, incluso si cambian los acuerdos comerciales con Estados Unidos.

Además, la alianza con China permitiría a Marruecos beneficiarse de nuevas tecnologías y técnicas de fabricación avanzadas, elementos cruciales para modernizar su tejido industrial. En caso de endurecimiento de las condiciones de acceso a los mercados americanos, Marruecos también podría redirigir parte de su producción hacia Europa y otras regiones, aprovechando su posición geográfica estratégica.

Hacia una mayor cooperación industrial

Más allá de las baterías para vehículos eléctricos, la cooperación industrial entre Marruecos y China abarca varios sectores del futuro, incluidos el aeroespacial, las energías renovables y las infraestructuras de transporte. Estos sectores, muy estratégicos para Marruecos, ya se benefician de la experiencia y las inversiones chinas, que contribuyen al aumento de las capacidades de los recursos humanos locales y a la diversificación de la economía marroquí. Esta dinámica podría fortalecerse en el futuro, a pesar de las incertidumbres vinculadas a las políticas estadounidenses.

Los proyectos chinos en Marruecos también se inscriben en una lógica de desarrollo sostenible, en línea con la estrategia industrial marroquí destinada a reducir la dependencia energética y desarrollar infraestructuras respetuosas con el medio ambiente. China proporciona a Marruecos recursos financieros y técnicos esenciales para hacer realidad esta visión de sostenibilidad y crecimiento inclusivo.

Ante las incertidumbres, la estrategia de diversificación

Marruecos se encuentra en una posición delicada, pero estratégica, en la encrucijada entre dos superpotencias globales en competencia. Las inversiones chinas en Marruecos, en respuesta a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, ilustran cómo el Reino puede aprovechar sus acuerdos de libre comercio con Estados Unidos para atraer capital extranjero. Sin embargo, con la reelección de Trump, la persistencia de esta estrategia podría quedar en entredicho.

Ante este contexto incierto, la estrategia marroquí de diversificación económica y promoción de la inversión extranjera parece más crucial que nunca. Al seguir fortaleciendo su industria local, atraer inversiones de diversos socios y desarrollar una diplomacia económica equilibrada, Marruecos puede esperar mantener su estabilidad y crecimiento, al tiempo que consolida su posición como líder industrial en África.

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