A partir de 2025, Europa impondrá multas ambientales más estricto con los fabricantes de automóviles por cada vehículo térmico vendido que supere los umbrales de emisiones de CO₂. Estas sanciones pretenden fomentar la transición hacia vehículos eléctricos e híbridosmás respetuoso con el medio ambiente. Las autoridades europeas esperan que al encarecer la producción de vehículos térmicos, los fabricantes inviertan más en vehículos eléctricos, cumpliendo así los objetivos climáticos del continente.
Las consecuencias de estas nuevas multas no se harán esperar. Para evitar sanciones severas, los fabricantes no sólo tendrán que intensificar la producción de sus cocinas eléctricas sino también alentar a los compradores a elegir un vehículo de cero emisiones. En paralelo, incentivos financieros y reducciones de impuestosTambién se implementarán medidas para hacer que la electricidad sea más accesible para los consumidores.
Con un motor irrompible, un consumo de 5,1 l/100 km y un buen maletero, quedan pocos coches baratos como este.
Los vehículos eléctricos, una alternativa impulsada por la normativa
En respuesta a estas medidas, los vehículos eléctricos se están convirtiendo en un alternativa financieramente ventajosa para los consumidores. Al elegir un modelo eléctrico, los compradores se beneficiarán no sólo del ahorro en combustible y mantenimiento, sino también de ventajas fiscales y un acceso más fácil a los centros de las ciudades de varias de las principales metrópolis europeas. Por tanto, Europa pretende reducir la contaminación urbana limitando el acceso a los vehículos térmicos y promoviendo los vehículos eléctricos.
China, por su parte, está adoptando un enfoque similar, con enormes incentivos para impulsar el mercado de vehículos eléctricos. Sin embargo, Europa destaca por una estrategia de sanciones económicas directas para los fabricantes en caso de incumplimiento de las normas medioambientales, lo que podría acelerar la transición en un período de tiempo más corto. Esta dinámica cruzada entre Europa y China influye fuertemente en los mercados globales y obliga a los fabricantes a acelerar su cambio eléctrico.
Las zonas de bajas emisiones se están expandiendo
Al mismo tiempo, 2025 marcará una importante expansión de las Zonas de Bajas Emisiones (LEZ) en Francia. Más de 40 localidades de más de 150.000 habitantes deberán disponer de estas zonas restrictivas.s. Los vehículos más contaminantes, en particular A Crit’Air 3, 4 y 5 se les prohibirá acceder a estas zonas, so pena de multas importantes. Este es un cambio radical para millones de automovilistas. “Muchos propietarios de vehículos térmicos se verán imposibilitados de acceder al centro de las ciudades sin correr el riesgo de una multa de 68 euros, que podría incluso aumentar hasta los 180 euros en caso de reincidencia.
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El aparcamiento se convierte en una palanca importante
Los municipios franceses también están planificando nuevas escalas de aparcamiento diferenciadas según el tipo de motorización. París ya ha anunciado que en 2025 el aparcamiento para vehículos térmicos podría costar hasta tres veces más que el de los vehículos eléctricos. Otras grandes ciudades se están preparando para seguir este modelo.
Una acumulación de limitaciones financieras
La adición de estas diferentes medidas creará una importante presión financiera sobre los propietarios de vehículos térmicos:
- Aumento del precio de compra por sanciones
- Posibles multas en ZFE
- Aparcamiento más caro
- Aumentan los impuestos a los combustibles
“Calculamos que un conductor urbano en un vehículo térmico podría afrontar un coste adicional anual de 2.000 a 3.000 euros en comparación con un conductor de un vehículo eléctrico”.
Un impacto ya visible en las intenciones de compra
Los estudios iniciales muestran que estas limitaciones futuras ya están influyendo en las decisiones de compra. Según una encuesta de OpinionWay realizada en octubre de 2023, el 68% de los franceses que se plantean adquirir un vehículo de aquí a 2025 prefieren ahora los vehículos eléctricos, frente al 45% de hace un año.
Los fabricantes se anticipan a esta evolución acelerando su transición. Renault ya ha anunciado que el 70% de su gama será electrificada de aquí a 2025. Peugeot aspira incluso a que el 85% de sus ventas en el mercado francés sean eléctricas antes de esa fecha.
Sin embargo, esta aceleración plantea la cuestión de la infraestructura. “Tendremos que quintuplicar el número de estaciones de carga de aquí a 2025 para apoyar esta transición”, advierte Thomas Martin, director de la Asociación de Infraestructura Eléctrica. El gobierno ha prometido un plan de aceleración, con el objetivo de contar con 400.000 puntos de recarga públicos para finales de 2025.
Para facilitar esta transición, el gobierno mantiene una ayuda sustancial:
- El bono ecológico se mantiene en 5.000€
- Bonos de conversión reforzados
- Nuevas ayudas regionales
- Facilidades de financiación para la instalación de terminales privadas
Por tanto, 2025 promete ser un año decisivo para la industria del automóvil en Francia. La combinación de multas, restricciones y costes adicionales para los vehículos térmicos, combinada con incentivos para los vehículos eléctricos, debería crear un efecto mandíbula favorable a la electrificación del parque de vehículos. Los expertos predicen que la cuota de mercado de los vehículos eléctricos podría alcanzar el 40% de las ventas nuevas este año, frente al 17% actual.
El mensaje es claro : el futuro del automóvil en Francia será eléctrico y 2025 marcará probablemente el punto de inflexión de esta revolución.