“Definitivamente no queremos copiar a Starbucks, somos parte de la tercera ola de cafeterías”advierte Carlos Eisler. El mensaje del responsable operativo de la cadena de cafeterías japonesa % Arábica no sorprende al gigante americano, líder mundial de un sector que lucha por recuperar su crecimiento. Desde 1es En octubre, un % Arábica acampó en París, a dos pasos del Cirque d’hiver. El signo de porcentaje presente en la marca representa en realidad dos cerezas de café separadas por un tallo.
Un regreso para la marca, después de un primer establecimiento en la capital en 2019. Esta vez, la marca piensa en grande. Lanzado en 2014 en Kioto por Kenneth Shoji, ya cuenta con 203 salones en todo el mundo y cuenta con tres aperturas en París durante el verano. “Los amantes del café, franceses y extranjeros, están aquí”justifica el directivo.
Como toda buena cafetería –el anglicismo que las designa– la marca cumple los requisitos adecuados: cafés excepcionales preparados por baristas, tueste de calidad y un sector de comercio justo. En la carta, una breve carta de bebidas de café o matcha, unos 6 euros la taza, y un surtido de bocadillos y bollería. El establecimiento presenta una decoración elegante: fachada de café con leche y interior de madera clara, iluminación en forma de cafetera con curvas… “Kenneth es un perfeccionista, es quien da el go en cada apertura”remarque Carlos Eisler.
Numerosas marcas independientes
La cadena japonesa es sólo un representante entre otros de la creciente ola de cafeterías que arrasa París y el resto de Francia. Hasta el punto de dejar obsoletos los buenos bares de barrio, orgullosos de su zinc, sus negros pequeños y sus granos de café Richard. Una paradoja en el momento en que los bistrós tradicionales franceses han obtenido el registro de su “prácticas sociales y culturales” en el inventario del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO. ¿Los neocafés marcan el fin de los viejos lugares de perdición de la burguesía triunfante y el relajamiento de los proletarios? Lo único seguro es que están en auge.
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En París se llaman Kapé, The Coffee, Copains, Coutume, Seamer, Phin mi, Jugetsudo o Nuage Café. En Lyon, Vélcroc, lanzado hace dieciocho meses, ya es una institución. Este antiguo club de striptease combina actualmente una cafetería-restaurante y un taller de reparación de bicicletas. La ciudad también ha atraído a un grupo de pequeños tostadores de las marcas Café Mokxa, Loutsa y Bongoo, así como a una gran cantidad de salones, como Tonka, Perko Café y Slake Coffee House. Todo listado en la plataforma Tripadvisor. Como los de otras ciudades y metrópolis de Francia. Y durante el Art Basel París, del 18 al 20 de octubre, un Cha Chaan Teng, un café típico de Hong Kong, que combina Oriente y Occidente, ocupó el centro de atención bajo la bóveda del Grand Palais.
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