La base de East Yulin, situada en la isla de Hainan conocida por su atractivo turístico, se ha convertido en un lugar estratégico para la República Popular China. En los últimos años, el gobierno chino ha invertido decenas de miles de millones de dólares para desarrollar la base, como explica Correo de Washington. Los campos y puertos que rodean la base se transformaron para dar cabida a diferentes estructuras militares.
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La ubicación de esta concentración militar está cuidadosamente considerada y permite a China extender su poder y fuerza disuasoria sobre una gran zona del Mar de China Meridional, que reclama como su territorio. Más allá de una demostración de fuerza, la tensa situación en torno a Taiwán y la posibilidad de una intervención de Estados Unidos han motivado a Beijing a desarrollar su arsenal militar en la región. “China trabaja muy duro para tener una superioridad en este territorio que nadie más pueda igualar. Ha adquirido la capacidad de proyectar poder con muchos medios: aviones, misiles, milicias, barcos, submarinos. Debemos reforzar nuestras capacidades y nuestra postura militar con nuestros aliados para evitar un ataque chino.“, explica el contralmirante retirado Michael Studeman, ex comandante de la Oficina de Inteligencia Naval. A esto se suma también la necesidad de que China garantice la seguridad de las rutas marítimas que alimentan su economía.
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