Hasta el 9 de noviembre de 2024, las paredes de la Galería La La Lande de París acogerán obras recientes del artista marroquí Saad Nazih en torno al tema “Monoscape”. La inauguración de esta exposición tuvo lugar el 4 de octubre de 2024 y contó con la presencia de hombres de letras, entusiastas del arte, profesionales de la pintura, entre otros… Es una oportunidad para descubrir el universo onírico y lírico de este talentoso artista cuyo El trabajo es como una ventana abierta a nuestros sueños y pretende ser una catarsis para nuestro espíritu.
Una fascinante yuxtaposición de objetos, las obras de Saad Nazih actualmente expuestas en la Galerie La La Lande abordan cuestiones sobre las diferentes formas de poder que caracterizan a la sociedad. Esto es también lo que recordaremos de esta primera exposición individual del artista “Monoscape”. Es un espacio que pretende ser la guarida secreta de su creatividad, un lugar donde el frío y la oscuridad nutren sus ideas más chispeantes. “El Monoscape es un espacio y un fondo, frío, oscuro y monocromático donde creo todas las escenas y las historias que cuento”, indica al respecto el artista Saad Nazih.
Para el curador de arte contemporáneo Aurélien Simon, al igual que los sueños, las pinturas de Saad Nazih tienen una función catártica para nuestro cerebro. “Al superponer objetos dispersos sin conexiones lógicas aparentes, constituyen rebuses, enigmas cuyo significado hay que buscar en su simbolismo, que gira esencialmente en torno a las numerosas formas de poder, religioso, político, militar, mediático y capitalista, así como del poder. opresión que ejercen sobre los hombres y el resto de la vida. En el centro de estas composiciones, el tío del artista, el cuerpo desnudo y vulnerable, está en el centro de estas visiones y las preguntas que plantean. Al encarnar al hombre común, invita al público a explorar su propia visión del mundo, sus propios pensamientos, fuera del control de la razón”, subraya.
La precisión de los movimientos artísticos y las huellas dejadas por este talentoso artista visual revelan una armonía, originalidad y análisis sorprendentes. Motivos líricos, saturados de colores a veces atrevidos, caracterizan las generosas obras de este artista. Su sutil sensualidad no deja de conmovernos y aporta así una dimensión adicional a su impresionante profundidad. Al animar paisajes alegóricos, la obra de Saad Nazih nos atrapa tanto por su opacidad como por su expresión sugerente. Esto es lo que piensa también la crítica de arte Hannah Hartz. Para ella, entre lo explícito y lo enigmático, sus pinturas nos trasladan a un mundo ficticio, en las fronteras de la imaginación y la predicción. Dentro de sus paisajes oscuros, emergen objetos simbólicos como restos materializados, resucitando imágenes enterradas. “Una obra de espejo, Monoscape refleja una imaginación íntima donde pensamientos y experiencias interfieren en escenas con aspectos surrealistas. A lo largo de las obras, los lienzos descargan y animan gradualmente paisajes más sobrios, encarnando una búsqueda del equilibrio entre forma y material, historia y pintura. Reservando un lugar importante al vacío y su poder evocador, los contornos se desentrañan y se deslizan hacia formas más abstractas. Disponible en tonos monocromáticos, el negro se convierte en el tono emblemático que actúa como una matriz silenciosa y relajante”, subraya.
Esto significa que la obra de Saad Nazih favorece tanto el aspecto exterior a través de su armonía de formas y colores, como la resonancia interior, la del alma. Se apoya en su propio terreno fértil en temas y materias y apela a la imaginación, su preciosa herramienta, llena de recuerdos, de vivencias significativas, de sueños, de ideales, de todo un simbolismo personal, nutrido de sus vivencias.
“El mundo revelado por Saad Nazih se desarrolla, por tanto, en un espacio cósmico suspendido, constituyéndose a partir de múltiples fragmentos. En la encrucijada de culturas y espacios, sus obras reflejan lugares compuestos, alterando el orden de las cosas y las normas preestablecidas. Sin anclaje espacio-temporal, encarnan otro mundo, cuestionando los vínculos y las leyes que gobiernan el paisaje humano, dividido por el Poder y sus múltiples autoridades. Mezclando realidad y virtualidad, seres y quimeras, estos paisajes sibilinos nos invitan a repensar el posicionamiento del ser humano en un mundo en perpetuo cambio”, continúa. Esta exposición continúa hasta el 9 de noviembre de 2024 en la galería de arte La La Lande de París.
Ayoub Akil