Bruno Le Maire y Emmanuel Macron, la convivencia bajo tensión

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El jefe de Estado, Emmanuel Macron, y el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en Bergerac, el 11 de abril de 2024. LUDOVIC MARÍN / AFP

Una prueba de amor, por fin. El lunes 15 de abril, Bruno Le Maire recibe una nota manuscrita de Emmanuel Macron. El jefe de Estado le agradece su último libro, El Camino Francés (Flammarion, 2024, 160 páginas, 15 euros), publicado el 20 de marzo, que recibió como adelanto unas semanas antes. También agradece al Ministro de Economía y Finanzas su “fidelidad” a su lado, “desde 2017”. Palabras que van directas al corazón del anfitrión de Bercy, un “afectivo”atestiguan quienes lo rodean, ” sensible “ a esta señal de atención por parte del presidente. Especialmente después de semanas de tensión.

Un matrimonio de conveniencia sellado en 2017, la relación entre Macron y Le Maire atravesó una zona de turbulencias a principios de la primavera. Alertado por el deterioro de la situación de las finanzas públicas –al 5,5% del producto interior bruto (PIB), el déficit presupuestario para 2023, publicado a finales de marzo, resultó ser muy superior a las previsiones de Bercy–, el ministro intentó, con un toque de franqueza, para imponer la idea de un presupuesto rectificativo antes del verano.

Según él, ésta es la única manera de restablecer rápidamente las finanzas públicas, cuyo deterioro se está convirtiendo en una carga para el gobierno. Sin embargo, sabe que el jefe de Estado se muestra hostil a ello. Previene. Su oficina se puso en contacto con seis funcionarios electos de la mayoría para intentar unirlos a la hipótesis, según informó Los ecos.

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Es la segunda vez desde principios de año que el ministro avanza en esta dirección. La segunda, también, que Emmanuel Macron lo rechace. Demasiado alarmante para el país. Demasiado arriesgado políticamente, a pocas semanas de las elecciones europeas del 9 de junio. Para la derecha, la oportunidad de derrocar al gobierno sería demasiado buena.

A Gabriel Attal también le preocupa la idea de que se ponga precio a su cabeza. El joven Primer Ministro ve la maniobra y la serie del 49,3 (este artículo de la Constitución permite adoptar un texto sin votación) que se vería obligado a presentar en junio para que se aprobara este presupuesto rectificativo. “Sabes Gabriel, si tú saltas, nosotros también saltamos”intentó tranquilizarlo un lugarteniente de Bruno Le Maire.

“Se ha pasado página”

El Ministro de Economía, sin embargo, cree que podrá conseguir el apoyo de sus antiguos colegas del partido Les Républicains (LR). ¿Cómo oponerse a un plan de ahorro cuando pretende encarnar el rigor? “Puede que sea mi idealismo, pero considero que siempre es mejor implicar a todos, democráticamente”, cree en privado. Mejor aún, esto permitiría que la derecha quedara atrapada en su propia trampa, al confrontarla con sus propuestas de gasto y, por lo tanto, con sus contradicciones.

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