Este domingo, durante la misa con la que concluirá su viaje a Bélgica, el Papa procederá a la beatificación de la venerada Ana de Jesús. Esta carmelita española, contemporánea y amiga de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila, tuvo muchas ganas de fundar Carmelos en toda España, Francia y lo que hoy es Bélgica, donde puso fin a su vida. Una vida centrada en el amor al Santísimo Sacramento y el servicio a la propia comunidad.
Vianney Gilliot – Ciudad del Vaticano
Nacida en medio de un siglo de protesta luterana, Anna de Lobera Torres creció en una España católica muy recelosa de las reformas llevadas a cabo por los seguidores de Martín Lutero. Bautizada el 25 de noviembre de 1545, el mismo día de su nacimiento, Ana de Jesús perdió a sus padres cuando aún era joven. Escapando de las ambiciones de sus abuelos de casarse con ella, a los 16 años sintió un fuerte deseo de dedicarse a Dios.
Una vida de peregrinación
A los 25 años ingresó en la orden carmelita de Salamanca por invitación de una tal Teresa de Ávila. Entre las dos monjas nació una gran amistad espiritual. Tras cinco años en Salamanca, partió sucesivamente hacia diferentes ciudades españolas para fundar conventos como priora, en Granada, Madrid e incluso Málaga.
Posteriormente, viajó a Francia, a un país que intentaba salir de la agitación de la inestabilidad del siglo XVI, para fundar el Carmelo de París en 1604. En los años siguientes se abrieron Carmelos en Pontoise y Dijon, por iniciativa de Sor Ana de Jesús.
A petición de la hija del Rey de España, la hermana carmelita fue enviada a Lovaina, que entonces formaba parte de una provincia española, para fundar un nuevo Carmelo.
Una espiritualidad aún viva
La vida de Sor Ana de Jesús está marcada por múltiples peregrinaciones al servicio de su voto de obediencia que la llevó a vivir, por España, Francia y la actual Bélgica, las palabras del Evangelio según san Lucas (9, 59- 62): “Las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos; pero el hijo del hombre no tiene lugar donde reposar su cabeza”.. Los distintos procesos abiertos con vistas a la beatificación de la hermana se abrieron y luego se cerraron hasta que el Papa Francisco reconoció, el 14 de diciembre, un milagro atribuido a ella.
La proclamación de la beata Sor Ana de Jesús tendrá lugar durante la misa dominical celebrada este 29 de septiembre en el estadio Rey Balduino de Bruselas.
