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El Rey León, galopando hacia su destino – SeriesDeFilms

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Cinco años después de hacer rugir la taquilla y recaudar más de 1.600 millones de dólares en ingresos en todo el mundo, El Rey León continúa su transformación en el campo de la acción real, con una segunda obra titulada mufasa. Dirigida por Barry Jenkins y que incluye en el reparto vocal (en versión original) a Aaron Pierre, Kelvin Harrison Jr., Seth Rogen, Billy Eichner, Donald Glover, Mads Mikkelsen, Thandiwe Newton, Beyoncé y Blue Ivy Carter, esta nueva aventura levanta el velo. sobre el pasado del padre de Simba y el viaje que lo llevó a su ascenso al trono de la tierra de los leones…

Habiendo logrado un buen desempeño en el campo de la acción real, sabiendo cómo sacar provecho de una importante reserva de billetes verdes para el deleite de Disney, El Rey León está intentando redoblar su apuesta ampliando sus horizontes en la pantalla grande. Confiada a Barry Jenkins, que reemplaza así a Jon Favreau, esta ampliación se diferencia de lo propuesto a principios del año 2000 en el registro de la animación, es decir El Rey León II: Honor de la Tribuun Directo a Vídeo dedicado a Simba pero especialmente a su hija Kiara, quien a su vez aprendió las duras leyes de la sabana. A diferencia de su predecesor, esta secuela deja su propia huella en la franquicia al distanciarse de la mitología de la que dispone, decidiendo honrar la figura de Mufasa que, si ya no está en este mundo, aún vive a través de los demás miembros de su linaje.

Con esto en mente, el guión ideado por Jeff Nathanson busca darle una nueva perspectiva a la historia que todos conocemos dividiéndola entre pasado y presente, como se hizo con el rey león 3es decir, un viaje de memoria intercalado con escenas cómicas destinadas a aligerar el ambiente. Lo suficiente para presentar suavemente el personaje de Kiara, dejando espacio para que Timón y Pumba se expresen, y ofreciendo momentos de respiro en una trama sinónimo de odisea iniciática. Articulada en flashbacks narrados por el afable Rafiki, la trayectoria personal de Mufasa se expone de una manera sin precedentes, siendo el objetivo del equipo creativo convertirlo en un héroe que emerge de los márgenes. En este caso un huérfano que no estaba en absoluto predestinado a acceder al trono, estando sobre todo dotado de una nobleza de alma y no de un título predefinido.

Una trama que pone así en contexto la rivalidad entre el león y su hermano adoptivo Cicatriz Taka, quienes definitivamente no pertenecen a la misma clase social. Sea el quid de esta precuela de imitación, que no olvida su carácter shakesperiano, pervirtiendo poco a poco la relación filial entre estos compañeros de viaje mientras la dura ley de la naturaleza les obliga a partir en busca de una tierra de esperanza, Milele. Un oasis de difícil acceso para nuestros protagonistas, que tendrán que cuidarse las espaldas ante la amenaza de un formidable clan enemigo sin perder de vista la mirada hacia delante para superar los obstáculos que se interpongan en su camino. Una aventura salvaje que sirve de pretexto para conocer personajes clave en el camino, una historia en la que estas almas solitarias se unen para formar una familia disfuncional. Y para despertar diversos sentimientos como el amor, la amistad pero también la amargura, los celos…

Debido a su anclaje temporal, Mufasa: El León Rey Sólo dispone de media página en blanco para demostrar su razón de ser, lo que no es tarea fácil para Barry Jenkins y su guionista. ¿Cómo no traicionar la esencia de la conflictiva relación entre Mufasa y Taka, por ejemplo? Una cuestión abordada con grandes zuecos, los motivos que llevan a este último a odiar a su hermano de corazón aparecen sucintamente en el último tercio de la película, sólo para dar más sustancia a un conflicto final con enemigos que lamentablemente no nos importan, cuyo papel no teniendo el mismo impacto que el de las hienas, por nombrar sólo uno. Claramente, con esta precuela, pocas personas salen de ella mientras crecen, en particular nuestro dúo principal, que desafortunadamente pierde su carisma y su color.

Una vez más, la elección del fotorrealismo perjudica la historia: nuestra fauna digital pierde su encanto natural y su pelaje resulta insulso debido a la fotografía desaturada utilizada por el director. Además, en varios momentos nos preguntamos quién es quién entre Mufasa y Taka, cuyas características son casi idénticas, a diferencia de su contraparte animada. Aunque Barry Jenkins intenta dar impulsos tímidos a su puesta en escena, ya sea en su secuencia inaugural dejándose llevar suavemente por la poesía o en su última resistencia, revitalizada con un gran refuerzo de efectos de mango como la “base” del famoso rock de los leones, en general , la acción en vivo no parece apropiada para El Rey León. Su mitología requiere de un mayor esfuerzo visual y una mejor caracterización de sus personajes. Es decir, ofrecer un espectáculo que respire vida y no se limite a una vistosidad técnica, cuanto menos, estática.

Ciertamente, la recreación de los suntuosos paisajes que ofrece el continente africano tiene su pequeño efecto, pero aparte de eso, las andanzas de Mufasa y compañía carecen de ese aliento épico que es el encanto de la película original (en formato animado, por supuesto). A esto se suma una banda sonora original acordada, los títulos escritos por Lin-Manuel Miranda no quedan en la memoria a pesar de una orquestación muy correcta por parte del compositor Dave Metzger, quien a pesar de todo no logra jugar con nuestras emociones como lo hizo con maestría Hans. Zimmer en el pasado. A este nivel, incluso la banda sonora de Rey el León II llega dos muescas por encima de este. Tantos elementos que impiden Mufasa: El León Rey acercarse a su modelo, demostrando ser una precuela ciertamente entretenida, en la que el aburrimiento no está a la orden del día –especialmente para los más jóvenes– pero, sin embargo, es innecesario. Un caparazón vacío pintado con dorado sólo para ocultar su vacío, lo cual es una pena. Disney debería tomarse las cosas con calma a la hora de reciclar su catálogo en versión viva, que a estas alturas se ha convertido en un truco desalmado.

Con Mufasa: El Rey León, Barry Jenkins sigue los pasos de Jon Favreau para continuar la reinvención en vivo del clásico de Disney con una precuela que combina destreza técnica y pereza en la escritura de guiones.

©Disney

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