El lanzamiento del rompehielos chino.
China presentó recientemente un nuevo rompehielos, el Tan Suo San Hao (Explorer 3), diseñado para realizar investigaciones científicas y arqueológicas en las aguas profundas de las regiones polares. Presentado la semana pasada en Sanya, en la provincia sureña de Hainan, este buque multifuncional ofrece un impresionante alcance de 17.261 millas náuticas, o aproximadamente 27.779 kilómetros. Este lanzamiento es parte de una estrategia más amplia destinada a fortalecer la presencia china en las regiones polares, ilustrada por la reciente puesta en servicio de otros tres rompehielos. Los barcos Xuelong, Xuelong 2 y Zhong Shan Da Xue Jidi fueron desplegados entre julio y agosto de 2024 durante el lanzamiento de la 41ª Expedición Antártica de China. Además, China ha establecido varios centros de observación e investigación en Islandia, Suecia, Finlandia y el archipiélago de Svalbard, lo que confirma el compromiso estratégico de Beijing para desarrollar sus capacidades científicas y logísticas tanto en el Ártico como en la Antártida.
Investigación tecnológica y científica
Diseñado y construido de forma independiente por ingenieros chinos, el barco está destinado a llevar a cabo misiones de exploración polar al tiempo que fortalece la autonomía tecnológica y las capacidades de investigación oceánica del país. China se convierte así en el segundo país, después de Rusia, que puede enviar investigadores a los fondos marinos de las regiones polares para realizar exploraciones científicas. Además de las inmersiones humanas, el Tan Suo San Hao está equipado con drones acuáticos especialmente diseñados para la investigación en aguas profundas y ambientes hostiles. El barco también se beneficia de nuevas tecnologías inteligentes de control remoto, que permiten recopilar datos precisos sobre la constitución del fondo marino, un activo importante para la futura investigación y explotación de los océanos en el Ártico.
China se vuelve hacia el Ártico
El lanzamiento de este rompehielos se produce en un contexto de intensificación de las ambiciones polares de China y subraya su creciente papel en la geopolítica del Ártico. La colaboración entre China y Finlandia, el primer país que estableció relaciones diplomáticas con Pekín en 1950, constituye un elemento clave de esta estrategia. Un momento destacado de esta asociación se remonta a 2013, cuando China se convirtió en observador permanente en el Consejo Ártico, gracias en particular al apoyo de Finlandia. Este estatus ha fortalecido la legitimidad de Beijing en sus esfuerzos por desarrollar infraestructura en el Ártico y promover la Ruta Polar de la Seda, que forma parte de la iniciativa global “La Franja y la Ruta”. Otro componente importante de la estrategia de China en el Ártico es su asociación con Rusia. Varias de las nuevas rutas polares pasan por Rusia, lo que ha propiciado el fortalecimiento de las relaciones chino-rusas. China ha invertido en proyectos energéticos clave, como el proyecto ruso de Gas Natural Licuado (GNL) Yamal en 2017, ubicado en la península de Yamal, así como el proyecto Arctic LNG 2 de Novatek, iniciado por el productor de gas ruso Novatek.
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