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Una ventana de oportunidad favorable a los valores franceses – 10/01/2025 a las 11:34

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Las primeras sesiones bursátiles del año dan la impresión de una actitud general de espera. Nadie tiene prisa por comprar, ni en Estados Unidos ni en Europa. Por otro lado, el mercado tampoco parece verse afectado por una aversión extrema al riesgo. La subida de los tipos de interés tras las dudas del Banco Central americano a la hora de continuar por la senda de la flexibilización monetaria constituye un tema de vigilancia, pero no provoca sudores fríos. El único gran cambio se refiere a la reacción de los inversores ante las declaraciones cada vez más tempestuosas de Donald Trump. Estos ya no despiertan el entusiasmo de los primeros días. En Wall Street, todos entendieron que el juego de superioridad verbal del futuro presidente es parte de su deseo de establecer su autoridad antes de asumir el cargo.

Comenzamos el año considerando “una estrategia prudente de aumentar gradualmente nuestros activos” (ver nuestra actualización semanal del 03/01/2025), con preferencia por las acciones europeas que han tenido un rendimiento muy inferior a las acciones estadounidenses en 2024. Nuestra convicción de que hay , durante los próximos dos o tres meses, se ha reforzado una ventana de fuego favorable para el Viejo Continente, particularmente en Francia, hasta el punto de que hemos aumentado la carga de trabajo del “conjunto de nuestras carteras PEA significativamente más rápido de lo esperado.

A principios de semana se tomaron varias decisiones, todas en esta dirección. En la cartera Defensiva, adquirimos 10 nuevas acciones de Hermès International, 140 acciones de L’Oréal y 600 acciones de Axa. BNP Paribas regresó con 500 títulos comprados. También se adquieren mil acciones del fabricante alemán de semiconductores Infineon Technologies AG. En la Ofensiva, la orientación hacia el sector tecnológico es más pronunciada, con la compra de 1.500 STMicroelectronics, 150 Capgemini, 120 Schneider Electric, así como el fortalecimiento de posiciones en Michelin y Axa. También se tomó una gran posición en nuestra selección de ETF de World PEA en el rastreador tecnológico Amundi Stoxx Europe 600 con 1.000 acciones adquiridas. Finalmente, se añadieron otras 500 acciones del ETF Amundi CAC 40 Ucits.

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A principios de semana se tomaron varias decisiones, todas en esta dirección.

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Comenzamos el año considerando “una estrategia prudente de aumentar gradualmente nuestros activos”.

Este aumento de nuestras posiciones en la Bolsa de París constituye un importante punto de inflexión respecto al segundo semestre de 2024, durante el cual redujimos nuestra exposición a las acciones francesas a su más simple expresión. Varios elementos nos llevaron a revisar nuestro juicio. El primero se debe al enorme retraso que acumula el CAC 40 (-2,1% el año pasado) respecto a Wall Street y especialmente a otros mercados europeos como Alemania, habiendo terminado el año el DAX 40 con una subida del 18,85%. Comparar los fundamentos de los dos países no justifica, en nuestra opinión, tal diferencia de trato.

El modelo alemán, basado en la exportación de automóviles de alta gama y máquinas-herramienta a Estados Unidos o China, sufre la desaceleración del comercio mundial, al igual que los valores de lujo franceses. Ambos países están debilitados cada uno a su manera, pero sin duda hará falta más tiempo para que la industria alemana recupere su supremacía. Por otro lado, será más fácil ver el retorno del apetito de los consumidores chinos por los productos de lujo occidentales, una vez que la actividad se recupere. Tras la caída de la facturación que se produjo el año pasado en el sector del lujo, las bases para comparar los niveles de actividad también serán más favorables en 2025.

La prima de riesgo político aplicada a Francia, enfrentada a un desorden institucional indescriptible, está ciertamente justificada. Sin embargo, nuestro país no es el único que se encuentra en esta situación. Italia sufre desde hace tiempo los mismos problemas y Alemania corre el riesgo de regresar allí ante una probable ausencia de mayoría en las elecciones federales al Bundestag previstas para el 23 de febrero. A diferencia de nuestros vecinos más cercanos, no tenemos una cultura política de compromiso bien establecida, pero los mercados no tienen motivos para dudar de nuestra capacidad para lograrlo. Nuestro gran problema sigue siendo la deuda, con un déficit público que representa más del 6% del PIB. La aplicación de un programa de austeridad hacia el que nos vemos obligados a avanzar también debería tranquilizar a los mercados, aunque su ritmo nos parezca demasiado lento y laborioso. Nuestro país puede contar sobre todo con la clara voluntad del Banco Central Europeo de continuar este año con su programa de reducción de los tipos oficiales, lo que hará más llevadera la financiación de nuestra deuda.

En definitiva, no es descabellado pensar que tras una diferencia de 20 puntos porcentuales entre el comportamiento del CAC 40 y el del DAX 40 en 2024, asistiremos a una reducción de la diferencia en los próximos meses a nuestro favor. Especialmente con un PER medio de 15 veces el beneficio esperado a doce meses, lo que es históricamente bajo dado el nivel de los tipos de interés y las previsiones de crecimiento de los beneficios (+9% de media de los beneficios de las empresas CAC 40 este año).

¿Qué estrategia para los próximos meses? Nuestras posiciones a favor de los valores franceses responden a esta lógica. Las bolsas de la zona euro podrían recuperar color gracias a un mejor equilibrio de los activos de los grandes fondos de inversión internacionales que en los últimos meses lo han apostado todo en Wall Street. Mientras que al otro lado del Atlántico la mayoría de las buenas noticias se tienen ahora en cuenta, no ocurre lo mismo en el Viejo Continente. No se puede esperar nada muy espectacular dadas nuestras débiles perspectivas de crecimiento, pero no hace falta mucho para que los índices de la eurozona vuelvan a la normalidad. Especialmente en un momento en que la visibilidad de las perspectivas de desarrollo de los mercados asiáticos, en particular los chinos, sigue siendo limitada. La postura agresiva adoptada por Estados Unidos contra China, así como la falta de éxito de las iniciativas de recuperación intentadas por las autoridades chinas, no abogan por un retorno de capitales a la zona del Pacífico.

Esta estrategia de asignación no responde a una elección fundamental a largo plazo, sino a una orientación táctica de nuestras carteras destinada a lograr un efecto de recuperación. La subida del dólar, actualmente alimentada por las tensiones observadas sobre los rendimientos de los bonos estadounidenses tras las declaraciones más restrictivas de la Reserva Federal, también aboga por una mejor apreciación de la calificación europea. La marcha hacia la paridad euro/dólar, que parece acelerarse con la caída del precio de la moneda europea hasta el 1,03 (-5% en tres meses), podría ser un buen detonante.

Feliz lectura y buen fin de semana a todos.

Roland Laskine

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