El día que fue citado ante el notario, Christophe Cliquet no sabía qué esperar. Una vez sentado, el alcalde del pueblo normando de Escoville se quedó asombrado: un octogenario recientemente fallecido decidió legar a la ciudad una propiedad estimada en 2 millones de euros. “Esto no le sucede a todo el mundo”, se maravilla el concejal, entrevistado por “Ouest France”.
Apodada Monette, esta señora fallecida en agosto de 2024, a la edad de 89 años, vivía en Mondeville, el pueblo vecino. Pero su familia procedía de Escoville, un pueblo que alberga 850 almas. El alcalde conocía al octogenario, al que a veces se encontraba “en la panadería o en el cementerio”. De ahí imaginar que legaría todos sus bienes a su municipio…
Monette, que no tuvo hijos, dejó considerables activos inmobiliarios, sus cuentas bancarias y su seguro de vida en Escoville. Un legado estimado en 2 millones de euros, cuatro veces más que el presupuesto municipal del pueblo. “Nos dejó diez casas, siete en Mondeville y tres en Escoville”, afirma Christophe Cliquet.
El municipio no venderá estas propiedades, cuyos ingresos por alquiler serán valiosos. De hecho, el antiguo director de un restaurante puso dos condiciones para esta herencia: la ciudad debe mantener tres tumbas familiares ubicadas en el cementerio de Escoville, y los ingresos generados por sus edificios deben utilizarse para restaurar la “iglesia”. El alcalde prevé rendir el debido homenaje al octogenario: “Instalaremos una placa de agradecimiento en la iglesia renovada y el parque de nuestro segundo estanque municipal (…) llevará su nombre”.
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