Treinta minutos de ejercicio al día, proteínas en cada comida, un círculo de amigos: es posible mantenerse sano hasta los 100 años. El diario le ofrece consejos sencillos y realistas para defenderse de las enfermedades y los secretos de los centenarios sobre su longevidad.
Los setenta años que entrenan en grupo tres veces por semana desde hace varios años ya no envejecen e incluso están en mejor forma que antes, según muestra un estudio en curso en Montreal.
“Cuando comencé pensé que estaba en buena forma. ¡Pero estaba en menos forma de lo que pensaba! […] Puedo hacer cosas que antes no hacía”, admite Michel Carra, de 73 años, que entrena desde 2014. “No tengo miedo de envejecer. […] En mi opinión tengo 28 años”, admite este funcionario jubilado de los servicios penitenciarios.
Michel Carra lleva varios años entrenando en IUGM y ha notado una gran diferencia en su forma física.
Foto Joël Lemay, Agencia QMI
Tres veces por semana, una decena de personas mayores (en su mayoría mujeres) de más de 70 años se reúnen en el Instituto Universitario de Geriatría de Montreal (IUGM) para formarse. Motivados por la música rock sobre la colchoneta, levantan pesas, se suben pasos y sudan profusamente bajo la atenta mirada de un kinesiólogo que los dirige.
Menos antiguo que hace 10 años.
Dra. Mylène Aubertin-Leheudre, investigadora y profesora del IUGM.
Foto Joël Lemay, Agencia QMI
“Su edad biológica es mucho mejor que su edad cronológica. Tienen mejores cifras que hace 10 años”, apoya con orgullo Mylène Aubertin-Leheudre, directora del Laboratorio del Músculo y su función en la Universidad de Quebec en Montreal e investigadora del IUGM.
En promedio, las personas mayores pierden el 1% de masa muscular por año, a partir de los 70 años. Sin embargo, los participantes de este estudio, que comenzó en 2014, no han perdido nada.
“Si no hubiera entrenado, seguramente estaría sentada en una silla”, admite Marguerite Guilbert, una jubilada de 76 años que ha tenido problemas de rodilla en el pasado.
“Rara vez me siento cansado, mi humor es bueno. Es algo positivo en mi vida, confiesa Palma Stabile, 74 años. Puedo ir a hacer la compra yo mismo, no necesito ayuda”.
Además, el entrenamiento de fuerza es una de las claves para las personas mayores que quieren seguir siendo independientes y evitar una caída potencialmente mortal.
“No los hicimos Rambo, compara Ma mí Aubertin-Leheudre. No queremos darle años a la vida, sino vida a los años”.
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Otro dato impresionante es que estas mujeres fueron reclutadas precisamente porque eran sedentarias e inactivas. Desde que comenzaron a entrenar, estos mayores han afrontado bien el envejecimiento.
“La idea de envejecer me anima”, admite M.a mí Stabile, profesora jubilada. He tenido problemas de salud debido al envejecimiento, pero como estoy en forma me he recuperado más rápidamente.
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