Las autoridades brasileñas dijeron el viernes que se estaba llevando a cabo una investigación sobre “tráfico internacional destinado a la explotación” de trabajadores chinos en el sitio de construcción de una fábrica para el gigante de automóviles eléctricos BYD.
A principios de esta semana, el Ministerio Público del estado brasileño de Bahía (noreste) anunció que una serie de inspecciones realizadas desde noviembre habían permitido “rescatar” a 163 trabajadores chinos que trabajaban en “condiciones similares a la “esclavitud” para el Empresa constructora Jinjiang, subcontratista de la china BYD. El sitio en cuestión está ubicado en Camaçari, aproximadamente a 50 km de Salvador, capital de Bahía. BYD está construyendo allí actualmente su mayor fábrica de coches eléctricos fuera de Asia, con el objetivo de alcanzar una capacidad de producción de 150.000 vehículos al año.
En un comunicado conjunto fechado el viernes, varios organismos públicos brasileños indicaron que el Ministerio Público Federal había “solicitado que se compartieran las pruebas reunidas para que se pudieran tomar medidas a nivel penal”. “Un gran conjunto de pruebas recogidas durante semanas de inspección muestra (…) que los 163 trabajadores fueron víctimas de tráfico internacional destinado a su explotación para trabajos en condiciones idénticas a la esclavitud”, detalla este comunicado de prensa.
Durante una audiencia por videoconferencia el jueves, BYD y Jinjiang “se comprometieron a colaborar en la protección” de los trabajadores en cuestión, acordando que permanecerán alojados en hoteles “mientras concluyen las negociaciones sobre la rescisión de sus contratos laborales”, según las autoridades.
Los investigadores hablaron de las “condiciones degradantes” en las que vivían los trabajadores, durmiendo en dormitorios “sin colchones” y expuestos en la obra “a una intensa radiación solar, mostrando claros signos de problemas en la piel”. El Ministerio Público de Trabajo de Bahía también informó sobre sospechas de “trabajos forzosos”, ya que a los trabajadores chinos se les “confiscaron” sus pasaportes y su empleador “retuvo el 60% de su salario, del cual recibieron el 40% restante en moneda china”.
Una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, afirmó el viernes que Pekín ha “tomado nota” de la situación y “concede gran importancia a la protección de los derechos legítimos de los trabajadores y exige que las empresas chinas operen de acuerdo con las leyes y reglamentos en vigor”. BYD anunció el lunes por la noche que había “rescindido con efecto inmediato” el contrato con la filial brasileña en Jinjiang para el sitio de Camaçari.
Esta constructora, por su parte, rechazó el jueves las acusaciones de las autoridades brasileñas, afirmando en una publicación en la red social Weibo que “socavan gravemente la dignidad del pueblo chino”.
Related News :