La energía solar está alterando la dinámica energética africana gracias a su accesibilidad y potencial transformador. El continente, ricamente dotado de radiación solar, encuentra en esta tecnología una respuesta adecuada a los desafíos de la electrificación. Los paneles fotovoltaicos permiten crear redes descentralizadas, particularmente beneficiosas para las zonas rurales alejadas de las infraestructuras tradicionales. Esta solución de energía limpia reduce la dependencia de los combustibles fósiles al tiempo que impulsa el desarrollo económico local.
Nigeria a la vanguardia de la revolución solar
Nigeria está experimentando una importante transformación de su panorama energético, catalizada por la eliminación de los subsidios al combustible en 2023. Esta decisión gubernamental ha provocado un aumento significativo de los precios en el surtidor, haciendo prohibitivo el uso de generadores diésel, hasta ahora la solución preferida. ante las fallas crónicas de la red eléctrica nacional.
Los sistemas solares domésticos se perfilan actualmente como una alternativa económica y ecológica. Las cifras hablan por sí solas: de las 928.000 unidades vendidas en África Occidental entre julio y diciembre de 2022, Nigeria representó el 78% de las adquisiciones. Esta proporción incluso aumentó hasta alcanzar el 82% en el segundo semestre de 2023, con 729.700 unidades instaladas.
Producción local prometedora
Nigeria tiene activos considerables para desarrollar su sector solar. El país puede producir localmente cuatro de los siete componentes esenciales para ensamblar módulos solares, reduciendo así los costos de fabricación. Esta capacidad de producción nacional, combinada con un impuesto aduanero del 10% sobre las importaciones chinas, hace que los paneles nigerianos sean un 4% más baratos que sus homólogos importados.
El Banco Mundial está apoyando esta transición energética con un programa de 750 millones de dólares, cuyo objetivo es electrificar a 17,5 millones de nigerianos a través de microrredes y sistemas solares individuales. El objetivo nacional es ambicioso: alcanzar los 8 GW de capacidad solar instalada para 2030.
El desafío de las habilidades técnicas
El rápido crecimiento del sector solar nigeriano pone de relieve una cuestión crucial: la formación profesional. El país se enfrenta a una escasez de técnicos cualificados, un problema común a todo el continente africano. En 2023, África tenía solo 320.000 empleos en energías renovables, o el 2,34% del total mundial, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Las empresas solares nigerianas emplean a miles de personas, pero a menudo la capacitación informal da como resultado instalaciones de diferente calidad y quejas frecuentes. Por tanto, el desarrollo de programas estructurados de formación se convierte en una prioridad para sostener esta prometedora transición energética.
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