Carlos Tavares, quien renunció como director ejecutivo de Stellantis la semana pasada, deja un legado de decisiones polarizadoras. Entre ellos, el abandono del famoso motor V8 Hemi, a pesar de la fuerte oposición interna y externa, sigue siendo uno de los más controvertidos.
El Hemi V8: reducido a usos limitados
Aunque el Hemi V8 sigue ofreciéndose como motor armado y con algunos modelos bastidor sobre bastidor (como el Jeep Wrangler y el Dodge Durango), ha quedado fuera de la mayoría de la gama de vehículos de Stellantis. El nuevo Dodge Charger ahora solo puede acomodar motores Hurricane en línea (turbo de 6 cilindros) o eléctricos. Restablecer el V8 requeriría una costosa reingeniería, lo que parece improbable por el momento.
La gestión bajo fuego de los críticos
Según fuentes internas, Carlos Tavares estaba obsesionado con la reducción de costos a corto plazo, lo que supuestamente conducía a una mala gestión de la línea de productos y de las relaciones con proveedores, sindicatos y distribuidores.
Un empleado anónimo dijo lo siguiente: “Actuaba como si lo supiera todo, pero no escuchaba los consejos. Culpó a los ejecutivos estadounidenses de los problemas de la empresa sin reconocer sus propios errores. »
Una transición incierta para Stellantis
Carlos Tavares, cuyo salario alcanzó casi los 40 millones el año pasado, fue sustituido temporalmente por un comité de diez personas encabezado por John Elkann. Mientras tanto, Stellantis busca un sucesor capaz de cambiar las cosas.
Tim Kuniskis, conocido por popularizar los muscle cars Hemi V8 y Dodge, se retiró en mayo, pero regresó para ocupar el cargo de director ejecutivo de Ram.
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