La estabilidad financiera internacional enfrenta un nuevo desafío.Imagen: Shutterstock
Analizar
La industria de la gestión de activos está prosperando, pero su creciente concentración es preocupante. Entre el dominio de gigantes como BlackRock y los riesgos sistémicos para la estabilidad financiera, hay mucho en juego. Descifrando un desarrollo cuestionador.
Daniel Zulauf/ch media
Desde agosto, el grupo asegurador francés Axa y el gran banco BNP Paribas estudian oficialmente la posibilidad fusionar sus actividades de gestión de activos. Por su parte, el líder europeo Amundi (Francia) y Allianz Global Investors, la filial de gestión de activos del gigante asegurador de Múnich, también han iniciado conversaciones en los últimos meses, antes de interrumpirlas temporalmente.
Circulan otros rumores: según recientes artículos de prensa, el gigante asegurador italiano Generali está considerando fusionarse con Natixis, la filial de gestión de fondos del grupo bancario francés BPCE. En cuanto a Zurich, la aseguradora suiza habría estado activa en este mercado de “matrimonios” financieros si no hubiera vendido su gestora de activos Scudder, hace 22 años, cuando atravesaba una crisis existencial.
Consolidación dictada por una lógica económica implacable
Olas de consolidación han sacudido regularmente la industria global de gestión de activos durante varios años. Este proceso de concentración obedece a fuerzas que se relacionan con una lógica económica que resulta casi aterradora por su inevitabilidad.
Desde la década de 1970, cuando terminó el sistema monetario de Bretton Woods y comenzó la liberalización de los mercados financieros, los rendimientos de los activos financieros en relación con la producción económica han aumentado marcadamente en la mayoría de los países industrializados. Un crecimiento tal que, incluso en nuestras regiones, la cuestión de la redistribución de la riqueza ha vuelto a convertirse en un tema central de la economía.
Los altos rendimientos de los mercados financieros ciertamente han contribuido a ampliar la brecha entre ricos y pobres en los países occidentales. Pero también impulsaron el ahorro de los hogares de todas las clases sociales, estimulando un auge en la industria de gestión de activos que ahora está impulsando su propia consolidación.
Una industria que envejece
En Suiza, donde la ley federal sobre pensiones profesionales se aplica desde 1985 a todos los empleados por encima de un determinado umbral de ingresos, el ahorro obligatorio para la jubilación alcanzó a finales de 2023 la colosal suma de 1.200 millones de francos suizos, es decir, un crecimiento del 160% desde el inicio de el milenio. Incluso el fuerte crecimiento económico suizo –que ha permitido que el PIB se duplique en 23 años hasta alcanzar más de 800 mil millones de francos– parece modesto en comparación.
Y se espera que esta tendencia continúe. Tras un ligero descenso en 2022 debido a la subida global de los tipos de interés, los activos gestionados por gestoras de todo el mundo repuntaron al año siguiente, aumentando un 12% hasta alcanzar casi 120.000 millones de dólares. Este renacimiento da a la industria un dinamismo casi juvenil.
En realidad, esta industria está envejeciendo. Ya muestra síntomas clásicos de sectores maduros: la creciente presión sobre los precios reduce el impacto del volumen en el crecimiento de las ganancias, mientras que la competencia obliga a realizar inversiones colosales, lo que erosiona los márgenes.
Como siempre, es el segmento medio el que más sufre. En la gestión de activos se trata de gestores activos situados en el centro de la curva riesgo-rentabilidad, como por ejemplo la UBS con su gran cartera de fondos de inversión. Según estadísticas no oficiales publicadas por TAI, la UBS ocupa el décimo lugar entre los mayores gestores institucionales del mundo, con 1,9 billones de dólares en activos bajo gestión a finales de 2023.
A la izquierda de la curva riesgo-rendimiento, encontramos proveedores de ETF (fondos indexados) como BlackRock y Vanguard, que ofrecen productos económicos adecuados para el público en general. En la extrema derecha, los gestores especializados comercializan inversiones alternativas más caras y con un alto potencial de rentabilidad, como la empresa suiza Partners Group.
El auge de los ETF y las inversiones alternativas
Según un estudio reciente de Boston Consulting Group (BCG), la proporción de inversiones pasivas aumentó del 10% en 2005 al 20% del volumen global en 2023. Estos productos siguen índices de referencia sin tomar iniciativas estratégicas particulares.
Al mismo tiempo, las inversiones alternativas han experimentado un crecimiento espectacular. Reuniendo activos privados (como los que ofrece Partners Group), fondos de cobertura y otros vehículos resistentes a los ciclos financieros tradicionales, representan ya el 20% de los activos globales bajo gestión, pero sobre todo el 57% de los ingresos del sector.
Esta especialización pone de relieve una realidad: Las ventajas competitivas naturales de las aseguradoras (grandes volúmenes de capital) o de los bancos (redes de distribución) ya no son suficientes para seguir siendo competitivos en la gestión global de activos.
Riesgo para la estabilidad de los mercados financieros
El ascenso de gigantes como BlackRock (líder mundial en ETF) y Blackstone (especializado en capital privado) ilustra perfectamente este proceso de concentración. Pero este desarrollo no puede dejarse únicamente en manos de las autoridades antimonopolio, como ocurre en otras industrias.
La concentración del sector plantea un peligro importante: la estabilidad de los mercados financieros. Recuerde que los fondos monetarios jugaron un papel acelerador durante la última crisis financiera. A diferencia de la década de 1930, cuando los propios ahorristas acudían a las ventanillas de los bancos, en 2007 fueron los administradores de activos quienes actuaron en nombre de los ahorristas.
La crisis de Credit Suisse entre el otoño de 2022 y la primavera de 2023 lo demostró una vez más: Si los grandes gestores de activos retiran sus fondos simultáneamente, los sistemas de garantía de depósitos pierden instantáneamente su valor. Los bancos centrales, obligados a asumir el papel de “prestamistas de último recurso”, se encuentran expuestos a riesgos cada vez mayores, como vimos durante esta crisis. Éste es el lado oscuro de la industria de la gestión de activos, una realidad que deberíamos examinar mucho más de cerca.
Traducido y adaptado del alemán por Léa Krejci.
¿Noticias sobre la economía? Por aquí
Mostrar todos los artículos
Related News :