Había transformado radicalmente el grupo Schneider. Didier Pineau-Valencienne, ex gran jefe de la industria francesa, falleció el jueves 19 de diciembre a la edad de 93 años, anunció su familia. El martes se celebrará una misa en Boulogne-Billancourt, cerca de París, y su sepultura será el viernes en Vendée, según la esquela publicada por su familia en El Fígaro.
Nacido en 1931 en el seno de una familia de médicos de Vendée, Didier Pineau-Valencienne estudió en el Lycée Janson de Sailly de París, antes de incorporarse al HEC (entonces la escuela de negocios del Dartmouth College) en Estados Unidos. Apasionado de la poesía, se unió a Gallimard, luego se unió al grupo franco-belga Empain-Schneider en 1958. Dirigió filiales en dificultades y luego se unió a Rhône-Poulenc en 1973, donde perfeccionó su imagen como empresa de recuperación.
Al regresar a Schneider en 1981, como presidente, Didier Pineau-Valencienne reorientó la empresa hacia las profesiones eléctricas. Se comercializan la industria siderúrgica y los astilleros, el embalaje, la máquina herramienta, las actividades deportivas y de ocio, la telefonía, el sector inmobiliario, etc.“Del Schneider de 1981 no queda nada más que el nombre”dijo. En 1984, “DPV lo rompe” No podemos evitar la estrepitosa liquidación de Creusot-Loire, la mayor quiebra de la industria francesa, que afecta a cerca de 30.000 empleados. Florecen apodos engorrosos para describir al jefe, abanderado del capitalismo puro y duro: “sepulturero”, “carnicero”, “asaltante sin escrúpulos”…
En 1988, Didier Pineau-Valencienne se hizo cargo del grupo Télémécanique de Grenoble y lo fusionó con su filial Merlin Gerin. Su efigie es quemada por empleados descontentos. Otra batalla, la oferta pública de adquisición hostil en 1991 sobre el electricista estadounidense Square D.
Para Jean-Pascal Tricoire, actual director general de Schneider Electric, “DPV encarnó el desembarco de las empresas técnicas en las finanzas. Fue el hombre del capitalismo, de las fusiones y adquisiciones… un gran financiero. Sin esta época, el Schneider de hoy no existiría”.
Pero en 1994, Didier Pineau-Valencienne fue acusado de presuntas irregularidades en la gestión de filiales belgas. Interrogado en Bruselas, fue encarcelado durante 12 días. Este padre de cuatro hijos, católico practicante, aparecerá por última vez en los titulares en 2006, a la edad de 75 años, con el juicio del caso belga. Fue declarado culpable, pero no condenado debido, en particular, a la antigüedad de los hechos.
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