Carlos Ghosn torpedea la alianza Honda Nissan

Carlos Ghosn parece guardar un lugar muy especial en su corazón para Nissan. ¡Buen gato, buena rata!

Los discursos de Carlos Ghosn, ex amo caído de Renault y Nissan, son raros. Pero el ex Cost Killer no ha perdido nada de su esplendor a la hora de ajustar cuentas con Nissan. Recordemos que lo que podemos llamar el asunto Ghosn-Nissan comenzó en noviembre de 2018 con el arresto sorpresa en Japón de Carlos Ghosn, entonces presidente de Nissan y de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Acusado de malversación de fondos, en particular de ocultación de ingresos y de malversación de activos de la empresa, fue rápidamente encarcelado. Ghosn denunció inmediatamente un complot político urdido por Nissan para frenar una fusión profunda con Renault, percibida como una amenaza a la autonomía del fabricante japonés.

Si los hechos relacionados con Ghosn son ciertamente exagerados, la investigación descubrirá rápidamente manipulaciones financieras completamente superficiales que justifican en gran medida la sanción. Por otro lado, la adquisición de Nissan por parte de Renault nunca ha sido digerida en Japón y Ghosn siempre ha sufrido el resentimiento de una parte del establishment japonés. La olla a presión acabó explotando.

Bajo arresto domiciliario tras varios meses de detención, Carlos Ghosn finalmente huirá espectacularmente en diciembre de 2019, escondido en una caja de equipo musical, y se refugiará en el Líbano, su país de origen, que no extradita a sus ciudadanos.

La situación actual de Nissan, que ha ido mucho más allá de la simple situación de “al borde del abismo”, no podía sino alegrar a su antiguo jefe. En una entrevista con Manus Cranny de Bloomberg sobre el posible acuerdo del fabricante de automóviles japonés con Honda, Carlos Ghosn califica las conversaciones de fusión entre Nissan y Honda como una “medida desesperada” que revela el “estado de pánico” de Nissan. Destaca la falta de complementariedad entre las dos empresas, que comparten mercados y productos similares, lo que hace que las sinergias potenciales sean limitadas. Ghosn sugiere que el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón está presionando a Honda para que acepte este acuerdo para fortalecer la economía nacional, a pesar de la falta de lógica industrial. Como buen conocedor, anticipa conflictos importantes, especialmente en lo que respecta a la integración de las distintas tecnologías y culturas de los dos fabricantes. Concluye, hay que reconocerlo con bastante delicadeza, que esta fusión no podría ser más que una adquisición encubierta de Nissan por parte de Honda para evitar una quiebra pública que haría reír al gran rival chino.