El 25 de noviembre, el Consejo de Estado rechazó el recurso de British American Tobacco y JT International que impugnaba los objetivos impuestos por el Estado a Alcome, la organización ecológica del sector, encargada de las colillas, compuesta por representantes de la industria tabacalera. . El tribunal dictaminó que el Ministerio de Transición Ecológica estaba plenamente autorizado para imponer objetivos de reducción de residuos a Alcome, respetando el marco legal. Además, se consideró que la financiación de los gastos de limpieza de las colillas tiradas al suelo era conforme a la ley.
Estos objetivos preveían una reducción de las colillas de cigarrillos arrojadas al medio ambiente en un 20% en 2023, un 35% en 2025 y un 40% en 2026 con respecto a 2022. El Consejo de Estado confirmó que estos objetivos respetaban la legislación francesa y las directivas europeas, en particular la de 2008. directiva marco sobre residuos[1].
Recurso interpuesto por los fabricantes British American Tobacco y JT International
Los pliegos de condiciones controvertidos fijan objetivos definidos para reducir las colillas de cigarrillos arrojadas ilegalmente al medio ambiente. Estos objetivos se basan en el artículo L. 541-10 del Código de Medio Ambiente, que faculta al Estado a imponer medidas a los productores destinadas a limitar los residuos de sus productos.
Los fabricantes de tabaco, entre ellos British American Tobacco (BAT) y JT International (JTI), habían presentado un recurso por considerar excesivos estos objetivos y cuestionar su base jurídica. El Consejo de Estado rechazó estos argumentos, considerando que el calendario era razonable y que la organización había recibido un marco metodológico preciso para evaluar las colillas de cigarrillos abandonadas. El Consejo de Estado también consideró que estas medidas eran plenamente conformes con el derecho europeo. También aclaró que las responsabilidades eran compartidas entre la ecoorganización, las autoridades locales y el Estado, garantizando así una aplicación equilibrada.
Alcome ya ha sido sancionada en varias ocasiones por incumplimiento de sus obligaciones por parte del Ministerio de Transición y Cohesión Ecológica. En 2023 y 2024 se le impusieron multas por un total de 1,16 millones de euros por retrasos en la implantación de dispositivos de recogida, como los ceniceros callejeros. Esta medida ha sido impugnada desde la aplicación de Alcome por los productores de tabaco, como muchas otras obligaciones, que consideran demasiado costosas.[2].
Una contribución financiera supervisada
Otro de los puntos de controversia se refería a los costes estimados de limpiar las colillas de cigarrillos desechadas, estimados en 96 millones de euros al año. Esta cifra se basa en un índice de contaminación basado en aproximadamente 4.700 toneladas de colillas de cigarrillos encontradas en territorio francés. Los productores de tabaco cuestionaron estos cálculos, pero el Consejo de Estado rechazó su argumento, considerándolos proporcionados y transparentes.
El sistema también prevé un mecanismo de reevaluación basado en los datos proporcionados por Alcome. Además, las comunidades que reciben financiamiento deben justificar las acciones realizadas y proporcionar evidencia concreta de las operaciones realizadas. Además, según la legislación francesa, las ecoorganizaciones interesadas deben financiar “los costes de recogida y tratamiento de los residuos abandonados”. El decreto transversal de noviembre de 2020 establece que deberán financiar el 80% de estos costos.
Excluir a la industria tabacalera del mecanismo sectorial REP
Estos acontecimientos son parte de un contexto internacional marcado por las negociaciones sobre un tratado global destinado a combatir la contaminación plástica y desarrollar el establecimiento de sectores de responsabilidad extendida del productor (REP). El Comité Nacional contra el Tabaquismo (CNCT) subraya la importancia de integrar en estos debates la cuestión de los residuos de tabaco, en particular los filtros de cigarrillos, pero también de excluir a la industria tabacalera en la creación del sector EPR para los productos del tabaco. Para la CNCT, la ecoorganización adecuada debería ser independiente de los fabricantes de tabaco, debiendo limitarse la contribución de estos últimos a la financiación exclusiva del sistema, según el principio de que quien contamina paga. La justificación de la exclusión de los fabricantes de tabaco del sistema reside, en particular, en la particularidad de esta industria cuyos intereses están legalmente reconocidos en el tratado de la OMS, el Convenio Marco para el Control del Tabaco, como opuestos e irreconciliables con los de la salud humana y medioambiental.
En Francia, Alcome atribuye la responsabilidad de la contaminación por colillas a la incivilidad de sus consumidores, que deberían estar mejor educados. Al hacerlo, no se dice nada sobre la responsabilidad directa de los fabricantes de tabaco y sus productos en esta importante contaminación ambiental. El sistema actual también les ofrece la oportunidad de comunicarse ofreciendo una imagen de respetabilidad y participación legítima de los actores en la toma de decisiones. Están en condiciones de celebrar contratos con las autoridades locales, lo que es contrario a los compromisos internacionales de Francia, que ha ratificado el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT).[3].
©Generación Libre de Tabaco
AE
[1] Tabaco REP: el Consejo de Estado valida medidas para combatir las colillas abandonadas, publicado el 26 de noviembre de 2024, consultado el 19 de diciembre de 2024
[2] Generación sin tabaco, La ecoorganización Alcome condenada nuevamente por el Estado, publicado el 26 de junio de 2024, consultado el 19 de diciembre de 2024
[3] Comunicado de prensa, La ecoorganización Alcome condenada una vez más por el Estado, noviembre de 2024, consultado el 19 de diciembre de 2024
Comité Nacional Contra el Tabaquismo |
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