lo esencial
En los municipios de Montardit y Lasserre, los vecinos están preocupados por la calidad del agua potable. Los depósitos amarillentos, los residuos arenosos y el agua marrón perturban su vida cotidiana. Sin embargo, el Sindicato del Agua de Couserans garantiza que los análisis oficiales, accesibles al público, cumplen con los requisitos de calidad vigentes.
“Un mes después de comprar la casa, el propietario nos advirtió que no bebiéramos el agua”, cuenta Clément, de unos treinta años, que vive en la localidad de Montardit desde hace tres años.
Desde las primeras lluvias intensas, Clément notó este color desagradable. “Siempre queda un depósito amarillento en la bañera, y en el fondo de los vasos encontramos una especie de arena”. A pesar de su compromiso ecológico, tuvo que recurrir a la compra de botellas de plástico.
Pero lo que más le sorprende es que algunos vecinos parecen haber aguantado esta situación, y así lo hacen desde hace varios años. “El agua se vuelve amarilla, a veces incluso marrón, una o más veces por semana, según las condiciones meteorológicas”, observa desconcertado Clément.
Para no seguir sumido en la incertidumbre, el padre tomó la iniciativa el pasado mes de marzo. Tomó una muestra del agua de su casa y la confió al laboratorio departamental del Camp, en Foix. “Los análisis revelaron la presencia de coliformes fecales, potencial indicador de contaminación orgánica”, precisa. Le explicaron que serían necesarios análisis adicionales para identificar posibles bacterias.
Así que, para evitar cargar solo con esta carga financiera (la primera muestra le costó 200 euros), recurrió a la Agencia Regional de Salud (ARS). En abril, este último encargó al laboratorio una nueva serie de análisis, pero desde entonces no se ha tomado ninguna medida. Probablemente el expediente se perdió entre las numerosas solicitudes, plantea Marie-Odile Audric Gayol, directora de la ARS, que invita al padre a ponerse en contacto con ellos de nuevo.
“No hay comunicación”
A pocos kilómetros, en la aldea de Billoutteaux, en Montardit, Matthieu hace una observación similar. “Desde hace un año, el agua cambia de color al menos una vez por semana. Incluso con la filtración, sigue siendo marrón”, lamenta.
Para él también esta situación no puede continuar: “¡No hay comunicación!” En Lasserre, otro vecino que construyó su casa hace dos años está preocupado por los riesgos a largo plazo: “¿No provocará esto ciertas enfermedades?”.
Jean-Philippe Subra, director del Sindicato del Agua de Couserans, asegura sin embargo que no hay nada anormal. “El Estado realiza un control independiente y los resultados están accesibles en el sitio web de la ARS”, afirma. Según estos datos, el agua de Montardit efectivamente cumple con las normas vigentes. Sin embargo, en Lasserre, los análisis revelan la presencia de aluminio, sin que sea necesario restringir el consumo. Pese a todo, podemos leer que se pidió al operador “tomar las medidas correctoras necesarias para restablecer la calidad del agua”.
Esto es precisamente lo que ha emprendido el Sindicato del Agua de Couserans, que actualmente está rehaciendo la red de saneamiento y las tuberías envejecidas en Lasserre. Para su director, la coloración amarilla podría deberse al óxido de hierro acumulado en las tuberías, en particular debido al agua estancada o al “exceso de velocidad” en la red, provocando un fenómeno de deshollinamiento. Sin embargo, esto no significa que se haya superado el umbral reglamentario.
Respecto a la muestra tomada por Clément, el director también prefiere advertir: “Utilizar su propia botella de plástico sin controlar el proceso corre el riesgo de contaminar las muestras. Lo mejor es que los vecinos interesados se pongan en contacto con nosotros para comprobar si hay algún problema al final de la muestra”. la pipa…”
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