Pero desde el 11 de diciembre las puertas del local están cerradas. La Société de l’assurance automóvil du Québec (SAAQ) cerró la sucursal de este municipio de 3.500 habitantes, para gran consternación de la alcaldesa, Solange Morneau. “Puedo decirles que hice todo, pero ellos ya estaban decididos”, dijo.
Durante las negociaciones, dice, la SAAQ le dijo que el punto de servicio, cuyo agente era el municipio, no era “lo suficientemente eficiente”, lo que el alcalde refuta. Tampoco cree que la sucursal representara un coste demasiado alto para la sociedad, ya que el propio municipio pagaba a los empleados.
La reacción de sus conciudadanos, que ahora tendrán que conducir media hora para llegar al centro de servicios SAAQ en Rivière-du-Loup, fue “fuerte”, afirmó la alcaldesa.
“Es preocupante porque todavía estamos perdiendo servicios en la región”.
— Solange Morneau, alcaldesa de Saint-Pascal
Ola de cierres en la región
El cierre de la pequeña sucursal de Saint-Pascale no es una excepción. En las últimas semanas, la SAAQ ha anunciado el cierre de un número sin precedentes de puntos de servicio, especialmente en las regiones.
Además del de Saint-Pascal, también han cerrado los puntos de servicio de Saint-Raphaël, en Chaudière-Appalaches, Rawdon, en Lanaudière, Magog, en Estrie, y Trois-Rivières, en Mauricio. El punto de servicio ubicado en La Salle, Montreal, también cerró recientemente. Está previsto un sexto cierre para finales de 2025 en Saint-Rémi, en Montérégie.
Es la primera vez en cinco años que tantas sucursales pequeñas cierran sus puertas en tan poco tiempo. Esta ola de cierres se produce poco después del anuncio de la reducción del horario de apertura en una veintena de sucursales de la región.
“Cambiar hábitos”
El SAAQ explica estos cierres por el “cambio de hábitos de los usuarios” y la caída del número de pasajeros. La empresa afirma que “quiere consolidar sus servicios”, explica su portavoz, Geneviève Perron.
Desde 2019, precisa, el volumen de servicios ofrecidos por los agentes ha disminuido un 24% debido, entre otras cosas, al cambio digital y a los cambios en la atención al cliente.
“Cerrar un punto de servicio no es una decisión que se toma a la ligera”, subraya Perron. Esta decisión tiene en cuenta las necesidades cambiantes considerando que los servicios evolucionan y el comportamiento del cliente cambia. Para cada situación se considera la capacidad de los centros de servicio cercanos para satisfacer la demanda de los clientes”.
Descontento
Un automovilista se encontró en el punto de servicio de Saint-Pascal, pocos días antes de su cierre, y estaba descontento. “Mis hábitos no han cambiado con SAAQclic”, afirma este sexagenario. Vine aquí cuando tuve un problema o una transacción que realizar. Allí tendré que ir a Rivière-du-Loup, todavía son 80 kilómetros ida y vuelta”.
Al igual que Solange Morneau, la alcaldesa de Magog, Nathalie Pelletier, denunció el cierre del punto de servicio SAAQ en su municipio, del que se enteró por los periódicos. Magog tampoco fue llamado a ser parte de la solución, lamentó en La tribuna. “Es una pérdida de servicios para nuestros ciudadanos”.
Enfoque contable
A Maxim Fortin, investigador del Instituto de Investigación e Información Socioeconómica (IRIS), no le sorprende que el SAAQ justifique la ola de cierres regionales con estadísticas sobre el número de pasajeros. Este es, según él, uno de los argumentos habituales de la “nueva gestión pública”, un método de gestión de las administraciones públicas que se inspira en las prácticas del sector privado.
“La noción de servicio desaparece mucho en la nueva gestión pública. Lo que significa que el mantenimiento de un servicio, la creación de un servicio, el desarrollo de un servicio, siempre debe estar respaldado por la rentabilidad contable”.
— Maxim Fortin, investigador de IRIS
Según Fortin, este método de gestión perjudica a las regiones, porque mantener los servicios allí es más caro que en las zonas urbanas.
“No es que la nueva gestión pública tuviera problemas con las regiones o con lugares aislados”, afirma Fortin. Pero la lógica bastante implacable de la rentabilidad financiera, de los resultados cuantificables o cuantificables, significará que estamos llamados a tomar decisiones que inevitablemente perjudicarán a sectores distantes”.
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