Con una fortuna estimada en casi 179 mil millones de euros, Bernard Arnault tendría amplios medios para remunerar a un chef personal dentro de las normas. Sin embargo, este no es el caso: según información de pato encadenadoLa primera fortuna de Francia habría aprovechado su control sobre la marca de alta costura Dior, integrada en el gigante del lujo LVMH, para contratar a un empleado durante diez años.
Oficialmente contratado por el diseñador de moda, el cocinero en cuestión, llamado Christophe H., habría trabajado –sin nómina ni contrato de trabajo– para la familia Arnault, incluso si eso significaba trabajar más de cien horas a la semana. Un problema para el multimillonario y sus familiares: el empleado en cuestión presentó una denuncia contra sus antiguos empleadores. En cuestión: su despido, a principios de 2024, por haber “Encargué comida por valor de más de 20.000 euros para su beneficio”. Acusación rechazada por el interesado, cuyo abogado señala que LVMH no ha publicado ninguna prueba tangible.
“A las 16.30, y hasta las 21.30, vuelve a cenar a casa del patrón”
Por lo tanto, se espera que Bernard Arnault comparezca nuevamente ante los tribunales, el 15 de abril, ante el Tribunal Laboral de París. Otra decepción más para el empresario, cuyas múltiples escapadas siguen saliendo a la luz, desde su supuesto papel en el “asunto Squarcini”, pasando por las revelaciones de Mediapart a petición suya, hasta el Ministerio de Economía, para que su expediente fiscal personal está clasificado como “secreto de defensa”.
Todo empezó en junio de 2014, cuando la cocinera realizó una prueba en casa de Bernard Arnault. Primera conclusión, de la que sale Christophe H. contratado como cocinero “a tiempo completo” para Dior. Sin embargo, tuvo que multiplicar los pedidos de la familia Arnault durante casi una década. “Si, de 6:30 a 10:30, prepara desayunos y almuerzos para la dirección de Dior, luego va a casa de la familia Arnault hasta las 13:30 para ofrecerle el almuerzo… y regresa a Dior. A las 16.30, y hasta las 21.30, regresa a casa del jefe para cenar.resume el semanario el pato encadenado.
Acompañada de mensajes privados y archivos fotográficos, la denuncia de Christophe H. revela las costumbres de la familia Arnault, que no duda en multiplicar las peticiones más excéntricas. El pato encadenadoque tuvo acceso al expediente, nos cuenta, por ejemplo, que se hizo un cartel para recordar al cocinero las preferencias de cada integrante.
“A una persona le encanta el caviar, que suele estar en el menú, y otra lo odia, mientras que a una tercera le encanta la langosta o una cuarta detesta la carne roja”enumera el periódico satírico. Uno de los hijos del multimillonario, Alexandre, por ejemplo, pidió a Christophe H., antes de una cena familiar, el menú previsto para su padre (carpaccio de lubina salvaje, caviar y vieiras). ¿La razón? Miedo a un incidente diplomático : “Mi padre podría ponerse celoso si como langosta y él no”.. »
Sobre todo, el clan Arnault se aprovechó de su empleado durante las reuniones con las más altas instancias del Estado, desde la pareja presidencial, Emmanuel y Brigitte Macron, hasta el exinquilino de Bercy, Bruno le Maire; pero también celebridades, como el tenista Roger Federer o la actriz Isabelle Adjani.
Por eso Christophe H. exige que su “trabajo oculto” sea reconocido por el tribunal laboral. Al presentar una denuncia, el cocinero espera que la familia Arnault le reembolse todas las horas de trabajo no remuneradas, como los numerosos días de descanso a los que tuvo que renunciar: sólo tenía derecho a un fin de semana al mes y sólo. unas semanas de descanso, cuando Bernard Arnault y sus seres queridos se fueron de vacaciones.
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