Un fondo de inversión francés inyecta 40 millones de dólares a la empresa de semiconductores Dolphin sin que el Estado aporte un solo céntimo, pero su director general, recién llegado a Quebec, se dispone a pedir más para crecer.
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“Es sólo dinero privado, son 40 millones de dólares en inversiones extranjeras directas”, dice. Diario Clément Bourgogne, director de inversiones de Jolt Capital en Canadá.
El lunes por la mañana, este fondo de inversión europeo, que gestiona 900 millones de dólares, anunció que había comprado una parte de las actividades de Dolphin, que diseña semiconductores en Saint-Laurent.
Dolphin no fabrica chips, pero crea propiedad intelectual que utilizan, por ejemplo, los fabricantes de auriculares inalámbricos y relojes inteligentes.
Una treintena de personas trabajan ya en Dolphin, en el distrito más grande de Montreal. Los 40 millones de dólares permitirán trasladar su sede a Montreal (tenía alrededor de un centenar de empleados en Francia).
“Tenemos una cartera de 350 propiedades intelectuales, respaldadas por 30 familias de patentes”, explica con orgullo Laurent Monge, director general de Dolphin.
Laurent Monge, director general de Dolphin
La foto de Francis Halin
Fue la ex periodista y ex delegada general de Quebec en París, Michèle Boisvert, quien atrajo al fondo de inversión Jolt, que decidió invertir en Quebec en Dolphin.
La foto de Francis Halin
¿Público argentino?
¿Necesitará Dolphin dinero público?
“Son cosas que tendremos en cuenta porque nuestro deseo es invertir mucho en Canadá y Quebec”, continúa su director, Laurent Monge.
Cinco meses después de la concesión de 120 millones de dólares por parte del gobierno federal a la organización sin fines de lucro de semiconductores CMC Microsystems, esta nueva inversión añade un ladrillo al ecosistema de chips de Quebec, bien establecido aquí con la fábrica de IBM en Bromont, que es estratégica para la administración Biden. .
En marzo pasado, el primer ministro Justin Trudeau y el presidente Joe Biden reiteraron la importancia de asegurar las “cadenas de suministro de semiconductores”.
La planta de IBM Canadá en Bromont es una de las instalaciones de prueba y ensamblaje de chips más grandes de América del Norte.
Proporcionado por IBM
Frente a ella, también en Bromont, se encuentra la fábrica de sensores Teledyne Dalsa, menos conocida, pero también importante.
Foto Pierre-Paul Poulin
Mientras gigantes como Nvdia dominan el mercado de los microchips, Dolphin apuesta por un segmento de nicho para hacerse indispensable en la cadena.
“Si intentamos luchar con los grandes jugadores con decenas de miles de millones de dólares o cientos de miles de millones de dólares, no tenemos ninguna posibilidad”, analiza Clément Bourgogne de Jolt Capital, que anteriormente trabajó en Scale AI.
¿Teme el espionaje?
“Nuestro trabajo también es asumir riesgos como inversores. Hay que saber dominarlos, contrarrestarlos y evolucionar en este contexto”, concluye.
– Con la colaboración de Philippe Langlois
Reflejos
La Ley CHIPS de Biden proporciona más de 74 mil millones de dólares en ayuda y créditos fiscales del 25% para producir semiconductores en Estados Unidos.
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