En China, la falta de detalles concretos por parte de Beijing sobre las medidas de apoyo económico decepcionó a los inversores, lo que pesó sobre los mercados bursátiles.
La volatilidad en los mercados financieros se vio alimentada esta semana por las decepcionantes comunicaciones de Christine Lagarde y las autoridades chinas. Por un lado, el BCE ciertamente anunció una reducción de los tipos oficiales de 25 pb como se esperaba, pero su presidente luego hizo comentarios menos complacientes de lo esperado por los inversores, enfatizando la presión alcista sobre la inflación vinculada a los salarios en lugar de resaltar los riesgos que ya pesan. débil crecimiento económico. En particular, Christine Lagarde indicó que una guerra comercial con Estados Unidos plantearía una amenaza inflacionaria, sugiriendo que el impacto de la incertidumbre sobre la confianza y las perspectivas económicas era mínimo, lo que llevaría a un fuerte aumento de los precios soberanos europeos. Esta comunicación parece indicar que el listón está alto para que el BCE acepte acelerar el ritmo de los recortes de tipos y las informaciones de prensa publicadas posteriormente ya afirman que la institución se encamina hacia 2 recortes de 25 pb en el transcurso de las dos próximas reuniones.
En China, mientras los inversores tenían la esperanza de que las autoridades anunciaran medidas concretas de apoyo esta semana, Beijing simplemente reiteró su deseo de aumentar el gasto público para estimular el consumo, pero sin dar más detalles. Este discurso demasiado vago pesó sobre las bolsas chinas al final de la semana, lo que ilustra las altas expectativas de los inversores y la necesidad de que Pekín cumpla ahora sus promesas.
Finalmente, la publicación de las estadísticas de inflación en Estados Unidos no deparó mayores sorpresas, quedando el índice IPC en línea con las expectativas tanto para el total como para el componente subyacente. Si la inflación de los bienes se acelera ligeramente, la buena noticia proviene del componente inmobiliario que finalmente se está desacelerando, al igual que el de los servicios no inmobiliarios, lo que debería alentar a la Reserva Federal a bajar sus tipos clave en 25 puntos básicos la próxima semana. Sin embargo, será necesario seguir de cerca la comunicación de Jerome Powell sobre la continuación de la trayectoria, el riesgo de que medidas inflacionarias por parte del presidente Trump podrían alentar a la Reserva Federal a posponer las cosas a principios del próximo año.
Por nuestra parte, seguimos siendo positivos respecto de los mercados de renta variable, especialmente los estadounidenses, en un contexto en el que el crecimiento nominal estadounidense seguirá evolucionando a un nivel elevado el próximo año.
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