Volkswagen planea cerrar tres fábricas en Alemania, en particular debido a la desaceleración global de las ventas de automóviles, la competencia china y los costos laborales excesivamente altos.
Los empleados de Volkswagen iniciarán este lunes huelgas en las fábricas del grupo en Alemania para oponerse a los miles de recortes de empleo previstos, con el riesgo de un gran conflicto social en plena campaña electoral. Están previstos paros en todo el país, incluida la sede del mayor fabricante europeo, en Wolfsburgo (norte), según el sindicato metalúrgico IG Metall, que convoca esta movilización.
Se trata del primer paso de un movimiento social que podría adquirir proporciones sin precedentes si la dirección y los representantes del personal no logran ponerse de acuerdo sobre las medidas necesarias para restablecer la competitividad del grupo.
Símbolo de las dificultades de la industria alemana, la crisis de Volkswagen adquiere una resonancia particular en plena campaña para las elecciones legislativas del 23 de febrero en la mayor economía de Europa. “De ser necesario, será la lucha colectiva más dura que Volkswagen haya conocido jamás.», advirtió IG Metall, que dijo estar preparada para un conflicto social como el de Alemania “no ha visto uno en décadas».
“Tenemos que reducir nuestras capacidades”
Volkswagen anunció en septiembre que estaba preparando un drástico plan de ahorro, con el objetivo de reducir los costes en varios miles de millones de euros en sus fábricas alemanas. Se llevaron a cabo tres sesiones de negociación entre dirección y sindicato, sin resultado.
La brecha incluso se amplió con el rechazo el viernes de una contrapropuesta sindical destinada a reducir costes sin cerrar fábricas en Alemania. Oferta “no viable», decidió el grupo. “Debemos reducir nuestras capacidades.», reafirmó en noviembre Thomas Schäfer, jefe de la marca VW, la más en dificultades del grupo al que también pertenecen Audi, Porsche, Seat y Skoda.
Según IG Metall, Volkswagen planea cerrar tres fábricas en Alemania, lo que sería la primera vez en sus 87 años de historia. El fabricante cuenta con diez centros de producción en el país y alrededor de 300.000 empleados, de los cuales 120.000 pertenecen a la marca VW. Las dos partes se reunirán el 9 de diciembre en Wolfsburg para una cuarta ronda de negociaciones.
En vísperas de la huelga, Volkswagen dijo “respetar los derechos de los empleados» y creer en “diálogo constructivo”, bajo el principio de cogestión, para “lograr una solución duradera y con apoyo colectivo».
La actividad económica del país.
Volkswagen está sufriendo una desaceleración global en las ventas de automóviles, la competencia china, modelos de baterías poco atractivos y costos laborales más altos que sus rivales, dicen los expertos. El sector automovilístico europeo está pasando apuros mientras atraviesa una profunda transformación para convertirse a tecnologías eléctricas y digitales.
Al igual que Volkswagen, toda la industria alemana ve cuestionado su modelo, enfrentado en los últimos meses a una letanía de planes sociales en las industrias del automóvil, la química y el acero. Se espera que la actividad económica del país se contraiga en 2024, por segundo año consecutivo.
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