Todos los empleados de Volkswagen en Alemania deben dejar de trabajar a partir de este lunes. He aquí las razones que explican este movimiento social de escala sin precedentes.
El grupo Volkswagen en crisis. Mientras Alemania se encuentra en plena campaña para las elecciones legislativas anticipadas, todos los empleados del mayor fabricante europeo deben dejar de trabajar a partir del lunes.
Este es el primer paso de un movimiento que podría adquirir proporciones sin precedentes si la dirección y los representantes del personal no pueden llegar a un acuerdo sobre medidas de ahorro de costes para reestructurar el grupo en crisis.
“Las huelgas de advertencia comenzarán el lunes en todas las fábricas”, anunció Thorsten Gröger, negociador del sindicato IG Metall, en un comunicado de prensa el domingo, al final del período de diálogo social obligatorio para 120.000 empleados de la marca en Alemania.
“Si es necesario, esta será la batalla de negociación colectiva más dura que Volkswagen haya conocido jamás”, advierte, responsabilizando a la dirección “en la mesa de negociaciones, de la duración y la intensidad de este enfrentamiento”.
En una declaración separada, Volkswagen dijo que “respeta los derechos de los empleados” y cree en el “diálogo constructivo”, bajo el principio de cogestión, para “lograr una solución sostenible y apoyada colectivamente”. La empresa especifica que ha “anticipado medidas específicas para asegurar los suministros de emergencia” durante el movimiento.
En el país, Volkswagen tiene diez plantas de producción de automóviles y alrededor de 300.000 empleados, de los cuales 120.000 pertenecen a la marca VW, la más afectada por el plan de ahorro.
Un conflicto social sin precedentes
IG Metall, el poderoso sindicato metalúrgico, dijo que estaba preparado “para un conflicto social como el que la República Federal no ha experimentado en décadas”.
El principal fabricante europeo lanzó en septiembre una búsqueda de costes sin precedentes, con el objetivo de ahorrar varios miles de millones de euros para mejorar su competitividad. Se celebraron tres sesiones de negociación entre la dirección y el sindicato y, según Thorsten Gröger, “la diferencia entre posiciones sigue siendo enorme”.
La brecha incluso se amplió con el rechazo de la dirección el viernes a una contrapropuesta sindical destinada a reducir costes sin tener que cerrar fábricas en Alemania.
La dirección del grupo sigue considerando cerrar fábricas en Alemania, tres según el sindicato, lo que sería la primera vez en la historia del grupo. Las dos partes se reunirán el 9 de diciembre en Wolfsburg para una cuarta ronda de negociaciones.
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