Carrefour, se encontró en el centro de una tormenta diplomática y comercial con Brasil. Todo comenzó con un anuncio realizado en Francia por Alexandre Bompard, director general del grupo, quien afirmó que las tiendas Carrefour ya no venderían carne de los países del Mercosur si se aprobara el acuerdo comercial entre la Unión Europea y este bloque económico.
El mea culpa de Carrefour ante la ira de Brasil
Pero esta postura provocó indignación en Brasil, donde el grupo genera casi una cuarta parte de su facturación anual, o 21.400 millones de euros en 2023. Ante los llamamientos al boicot y a la suspensión del suministro de carne de vacuno por parte de los productores locales, Carrefour intentó rápidamente desactivar la crisis. En una carta dirigida al ministro brasileño de Agricultura, Carlos Favaro, el director general del grupo presentó su ” excusas », atribuyendo esta polémica a “problemas de comunicación”.
Para calmar la situación, Carrefour publicó un comunicado de prensa afirmando que la decisión de sus tiendas en Francia de no vender carne del Mercosur no pretendía cuestionar sus asociaciones con los productores brasileños. “ Sabemos que la agricultura brasileña proporciona carne de alta calidad, respetando los estándares y apreciada por su sabor. », Escribió Alexandre Bompard. El grupo también recordó que continúa abasteciéndose localmente en Brasil, donde se produce casi toda la carne que se vende en sus tiendas.
Una crisis que revela problemas comerciales
La Asociación Brasileña de Exportadores de Carne (Abiec) acogió con satisfacción las disculpas y saludó el reconocimiento a la excelencia de los productos brasileños. Por su parte, Carrefour Brasil anunció que se habían reanudado las entregas y que se esperaba una normalización del suministro en los próximos días. Sin embargo, la polémica ilustra las tensiones económicas y políticas en torno al acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, al que Francia se opone, en particular por preocupaciones medioambientales y agrícolas.
Más allá de esta controversia, el caso pone de relieve las complejas relaciones entre las empresas multinacionales y sus mercados internacionales. Carrefour, presente en ocho países, incluido Brasil, debe hacer malabarismos con prioridades a veces contradictorias: defender los intereses agrícolas franceses y al mismo tiempo preservar sus asociaciones en el extranjero.
Esta crisis, aunque momentánea, subraya la importancia de una comunicación controlada, particularmente en temas tan delicados como la agricultura y el comercio internacional. Para Carrefour, el desafío era evitar un impacto duradero en su actividad en Brasil, un país estratégico para el grupo. Con una facturación de casi 93.000 millones de euros en 2023, el gigante de la distribución no podía permitirse el lujo de ver deteriorarse su imagen en uno de sus principales mercados.
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