El martes 26 de noviembre de 2024, Stellantis, gigante de la automoción que reúne a Peugeot, Fiat, Opel y otras marcas, confirmó un duro golpe para sus fábricas francesas: una caída de la producción de 20 % previsto para el año en curso. Las cifras son claras. La producción inicialmente prevista de 766.000 vehículos se reducirá a sólo 605.000 unidadessegún lo revelado por Los ecos. Esta situación aumenta la presión sobre un sector ya debilitado por importantes desafíos industriales y económicos.
El impacto social e industrial: no hay cierre, pero sí dudas
Stellantis intentó tranquilizar afirmando que no estaba previsto ningún cierre de fábricas en Francia a corto plazo. El sindicato CFE-CGC destaca, sin embargo, que esta garantía se limita a 2027dejando incertidumbres para el futuro. Las fábricas de Poissy (Yvelines) y Douvrin (Paso de Calais), que producen respectivamente SUV y motores térmicos, están especialmente en la mira.
A pesar de los compromisos de preservar la actividad, en particular mediante la transición a los vehículos eléctricos, están surgiendo tensiones. En Douvrin, por ejemplo, sólo 50 empleados de los cientos afectados pudieron integrarse en la fábrica vecina ACC, dedicada a las baterías. Esta débil integración ilustra los límites de los planes de reconversión.
¿Un cambio eléctrico mal negociado?
La estrategia de Stellantis ha sido duramente criticada por su falta de visión clara. Mientras el sector del automóvil se transforma hacia lo eléctrico, el grupo parece tener dificultades para adaptar sus centros de producción franceses a esta revolución. La CFE-CGC pide inversiones masivas y diversificación de actividades para evitar la asfixia económica y social de los territorios dependientes de las fábricas del grupo..
Además, esta crisis pone en duda la competitividad de la industria automovilística francesa frente a otros países europeos mejor preparados. Los fabricantes alemanes, aunque también en dificultades, parecen tener un liderazgo estratégico en baterías y vehículos eléctricos.
Preocupante panorama económico
Si Stellantis promete mantener una base industrial en Francia, las proyecciones para el futuro siguen siendo sombrías. De hecho, esta caída en la producción se produce en un momento en que toda la industria automotriz europea está luchando por sobrevivir frente a los altos costos de la energía, las perturbaciones en las cadenas de suministro y las incertidumbres geopolíticas..
Surgen preguntas: ¿cuánto tiempo podrá Stellantis mantener estos compromisos sin una rentabilidad suficiente en los sitios franceses? ¿Los recientes cierres anunciados en el Reino Unido, como el de la fábrica de Luton, son un anticipo de lo que podría pasar en Francia?
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