Con la vuelta del frío y el aumento de los precios de la energía, un truco que permite calentarse con velas a menor coste goza de un éxito creciente en las redes sociales.
Cuando llega el invierno, los días se acortan, el sol es menos frecuente y las temperaturas bajan repentinamente. En ocasiones incluso podemos recibir una visita sorpresa de Lady Snow. Así que, obviamente, ¡hay que subir un poco la calefacción para no acabar helándote! El problema es que los precios de la electricidad han aumentado a un ritmo vertiginoso en los últimos años, ¡y alcanzarán un aumento de más del 25% en 2023! Incluso si este aumento comienza a disminuir, todos seguimos muy preocupados por nuestras facturas de electricidad, que están resultando elevadas.
Evidentemente, mientras se ponen a prueba las carteras, todo el mundo busca ahorrar dinero, ¡y eso significa cómo calentarse! Mientras que algunos confían en mantas adicionales o pantuflas bien acolchadas, otros recurren a alternativas más sorprendentes. Así está surgiendo una tendencia de bricolaje: el uso de velas de té y macetas de terracota para crear calefacción adicional artesanal.
La idea resulta atractiva por su sencillez, ya que basta con unas cuantas velas colocadas bajo una maceta de terracota volteada, que deja pasar un poco de aire. Este dispositivo actúa como un mini radiador: el calor producido por las velas es atrapado e intensificado por la olla, que difunde un calor suave en la habitación. Según afirman, este sistema permitiría ahorrar hasta 2 grados en una habitación pequeña, consumiendo muy poca energía.
A un coste de unos céntimos por vela, este sistema parece ser una solución ideal para espacios pequeños o para calentar ocasionalmente una habitación. Los aficionados también aprecian su aspecto cálido y estético, que aporta una atmósfera envolvente a las largas noches de invierno. Pero ojo, esta idea, aunque inteligente, divide opiniones y requiere algunas precauciones.
De hecho, antes de adoptar este método, es fundamental comprender sus límites. Si bien este ingenioso bricolaje puede aumentar la temperatura ambiente en 1 o 2°C en una habitación bien aislada o, al menos, en el espacio en el que te encuentras, no puede competir con un sistema de calefacción convencional, debido a su alcance limitado.
Peor aún, este proceso puede ser peligroso. En primer lugar, al encender velas se libera dióxido de carbono, lo que puede suponer un problema de ventilación en espacios mal ventilados. Algunas velas hechas de parafina, un subproducto del procesamiento del petróleo, también pueden liberar partículas finas dañinas, así como alérgenos y contaminantes. Para mayor seguridad, conviene utilizar velas de cera vegetal, pero pues ¡hola la cuenta!
Por último, no debemos descuidar los riesgos de incendio. La condensación del aire debajo de la olla significa que existe una gran posibilidad de que después de un tiempo una gota de agua caiga sobre una vela y provoque que se incendie. Te lo recordamos, ¡pero nunca debes dejar una vela desatendida!
Por lo tanto, la técnica de las velas puede ser un complemento ocasional que debe utilizarse con precaución, pero de ningún modo sustituye a una solución duradera como mejorar el aislamiento o adoptar una calefacción adicional económica. Por último, este sistema permite obtener confort térmico en lugar de intentar mejorar el calor ambiental, calentando a la persona en lugar de la habitación. ¡Pero tenga cuidado de usarlo con precaución y moderación!
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