El comisionado de la lengua francesa recomienda imponer cursos de francés en los CEGEP y en las universidades de habla inglesa, en lugar del proyecto de ley 101 en las escuelas superiores, para contrarrestar la atracción del inglés entre los jóvenes.
Benoît Dubreuil propuso el miércoles su propia solución en el eterno debate sobre el lenguaje de la enseñanza en la educación superior.
Recomienda aumentar la proporción de enseñanza en francés en las redes de colegios y universidades del 78% al 85%.
Este objetivo podría alcanzarse aumentando el número de jóvenes en la red francófona o creando cursos de francés en establecimientos de habla inglesa.
Dado que el gobierno de Quebec ya impuso desde la primavera pasada tres cursos de francés en los CEGEP de habla inglesa, los cambios se aplicarían principalmente a las universidades.
Ley 101
En este debate, el Partido Québécois y muchos grupos civiles hacen campaña para ampliar la imposición de la Ley 101, que exige que los niños asistan a la escuela primaria y secundaria en francés, con excepción de los jóvenes de la comunidad histórica de habla inglesa.
Aunque califica esta propuesta de “legítima” y reconoce que “contribuiría a fortalecer a Francia”, el comisario considera su enfoque “más pertinente”.
“En primer lugar, se trata de toda la educación superior. Esto es importante porque nuestros estudios muestran que el problema no es específico de las universidades, sino que afecta igualmente a las universidades”, afirma.
Luego, ofrece una mayor “flexibilidad” para lograr el resultado deseado sin perjudicar a los establecimientos.
Por ejemplo, algunas universidades podrían ofrecer dos cursos para el mismo campo de estudio: uno solo en inglés, particularmente para la minoría histórica de habla inglesa, y el otro con un 30% de contenido en francés.
Estos cursos tendrían la ventaja, entre otras cosas, de enseñar vocabulario francés en las zonas a las que se dirigen los estudiantes. “La idea es adoptar medidas que permitan a estos jóvenes permanecer en contacto con los franceses”, afirma también Dubreuil.
El comisario se inspira en una medida similar en Cataluña, región independiente de España, que busca aumentar la enseñanza en la lengua local del 60% al 80%.
Criterios para empresas
Entre otras medidas recomendadas, Benoît Dubreuil sugiere que el gobierno utilice criterios lingüísticos para determinar las ayudas concedidas a las empresas, ya sean créditos fiscales, subvenciones o bloques energéticos.
Compara esta nueva obligación con las normas medioambientales o las del derecho laboral utilizadas en una cuadrícula de análisis.
Antes de prometer casi 3.000 millones de dólares a la sueca Northvolt, por ejemplo, Quebec debería haber evaluado sus prácticas lingüísticas. “Podríamos, por ejemplo, haberles preguntado su plan para dotar de personal a los 4.000 puestos”, ilustra Dubreuil.
Planificación regional
Además, el comisario señala que el declive del francés es más pronunciado en determinadas regiones de Quebec, como Montreal y Gatineau.
Por lo tanto, recomienda una planificación regional en un esfuerzo por fortalecer a los franceses, con el fin de intervenir más específicamente en estos lugares en riesgo.
Un plan de este tipo garantizaría la disponibilidad de clases de francés, que las familias que no hablan francés tengan acceso a servicios de guardería de habla francesa y tendría en cuenta la lengua en la estrategia de desarrollo económico.
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