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Obligar a Google a vender Chrome es completamente absurdo

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El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) quiere desmantelar Google, al que acusa de abuso de posición dominante. Una de sus propuestas es la venta de Chrome, para evitar que Google tenga el monopolio de la navegación web, las búsquedas y la publicidad.

Con una cuota de mercado del 67%, Google Chrome aplasta claramente a sus competidores. Sólo Safari, con una cuota de mercado del 18% (sobre todo gracias al iPhone), resiste. Otros navegadores web no pesan mucho, lo que le da a Google una gran posición de fuerza en Internet.

La superpotencia Google pronto podría ser arrestada por el DOJ, el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La empresa, acusada de prácticas anticompetitivas y monopólicas, pronto podría verse obligada a vender algunas de sus operaciones en un esfuerzo por desmantelarla. El 18 de noviembre, el Departamento de Justicia pidió a los jueces que obligaran a Google a vender Chrome para hacerle perder el control de la web.

El futuro propietario de Chrome tendrá el monopolio de la web

Al obligar a Google a vender Chrome, el Departamento de Justicia espera romper lo que describe como un monopolio.

Según el Departamento de Justicia, Google utiliza Chrome y su motor de búsqueda para dominar el mercado de la publicidad online, al tiempo que impone sus propios servicios en su navegador (y en Android). Su propuesta aún debe ser aceptada por el juez federal, pero en cualquier caso es indicativa de que el Departamento de Justicia tiene la intención de actuar con fuerza. Donald Trump, antes de su elección, había advertido que también pretendía atacar a Google, al tiempo que quería protegerlo de una explosión que favorecería a sus competidores extranjeros.

Para el DOJ, Google utiliza Chrome para monitorear las actividades de sus usuarios, con el fin de orientarlos mejor. La integración de productos como Gemini o Lens también está mal vista por Estados Unidos, que considera que Google abusa de su posición dominante para fortalecer su ecosistema.

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Cuotas de mercado de navegadores web en todo el mundo. // Fuente: contador de estadísticas

Técnicamente hablando, el Departamento de Justicia puede tener razón al concluir que Google está utilizando Chrome para promocionar sus otros servicios. Sin embargo, parece ignorar un hecho importante: Google Chrome no necesita la Búsqueda de Google, Google Lens, Google Ads o Google Gemini para ser un actor dominante.

Sólo hay que mirar los números para comprobarlo: Chrome es el navegador más utilizado del planeta. Quien lo compre, ya sea un gigante o una startup, se beneficiará automáticamente del mismo “monopolio”. Sin duda, Google se verá debilitado, pero el problema se trasladará a otra parte, con el riesgo de crear un nuevo Google. Y el riesgo de que Google lance un nuevo navegador, a menos que el Departamento de Justicia lo prohíba.

Otro punto no mencionado por el DOJ: Google Chrome no es la única forma de acceder a la Búsqueda de Google. Los competidores Safari y Firefox, por nombrar sólo algunos, también ofrecen el motor de búsqueda de Google de forma predeterminada (gracias a lucrativos contratos). Pensar que quitarle Chrome a Google ralentizará el uso del buscador es falso (a menos que quien compra Chrome tenga su propio buscador, pero los potenciales candidatos son pocos).

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Google lo integró recientemente en Chrome. // Fuente: Numerama

Otro elemento olvidado por los tribunales: Chromium, que Google desarrolla como código abierto. Google podría abandonar el navegador de código abierto, que sirve de base a competidores como Edge, si ya no tiene los derechos de desarrollar Chrome.

Google corre el riesgo de un desmantelamiento histórico

Otra propuesta del DOJ: la separación de Android y Google Play Store, para evitar que Google ofrezca su propia tienda de aplicaciones en los smartphones que compitan con el iPhone. Esto vuelve a ser absurdo, ya que Android siempre ha sido un ecosistema abierto, con posibilidad de instalar aplicaciones desde la web. Esta propuesta recuerda a la orden judicial europea contra Apple, que obligará a Apple a permitir a sus usuarios desinstalar la App Store de iOS. El enfoque es interesante, pero en la práctica no se comprende cómo funciona un teléfono inteligente.

A día de hoy, el destino de Chrome y Play Store no está decidido. Google acusa al Departamento de Justicia de mantener una «agenda radical» y todavía podemos esperar que el juez llegue menos lejos. El proceso legal podría durar varios meses y, en cualquier caso, esperar hasta que el presidente electo Donald Trump regrese a la Casa Blanca. A diferencia de Kamala Harris, que estaba a favor de la justicia y del desmantelamiento, el republicano es mucho más ambiguo. Podría intervenir para salvar a Google. Apple, que también es objeto de una denuncia, podría ser el próximo objetivo.


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