En el mercado de los coches eléctricos, China está años por delante de la industria europea en este ámbito. Para evitar la quiebra, el gigante alemán Volkswagen se compromete a modelar su modelo de producción basándose en los competidores chinos.
Volkswagen intentará copiar a los chinos en coches eléctricos
El desarrollo de un coche eléctrico lleva una media de tres a cinco años. Sin embargo, Volkswagen considera ahora que este plazo es demasiado largo. Gigantes chinos como BYD y NIO, con plazos de entrega reducidos a 18-24 meses, imponen un ritmo casi militar en innovación. En comparación, Volkswagen tiene dificultades para seguir el ritmo, como lo demuestran las dificultades encontradas con su gama ID. Así, el gigante alemán anuncia que quiere seguir el ritmo chino para intentar ponerse al día.
En una industria donde la evolución de las baterías y los motores eléctricos es rápida, un modelo que tarda demasiado en salir corre el riesgo de quedar obsoleto incluso antes de su lanzamiento. Así, Volkswagen pretende establecer un nuevo estándar interno: Diseñar un vehículo en tan sólo 30 meses. Este plazo, aunque ambicioso, sigue siendo superior al de los fabricantes chinos, que ya han demostrado que un desarrollo acelerado puede verse coronado por el éxito comercial.
Sin embargo, esta carrera no está exenta de riesgos. La experiencia del primer ID.3 demuestra que una ejecución rápida puede perjudicar la calidad. Los problemas de acabado y los errores de software empañaron la reputación de la cocina eléctrica y requirieron costosas actualizaciones.
Inspiración china: ¿un modelo a seguir o un riesgo calculado?
Los fabricantes chinos saben cómo aprovechar su agilidad y una estructura de costes más baja para dominar el mercado. Favorecen un enfoque iterativo, que combina pruebas digitales avanzadas y una reducción drástica de las pruebas físicas. Renault, al abrir una sucursal en China, también adoptó esta lógica para sus propios modelos eléctricos. Así pues, todos los gigantes europeos están empezando a fijarse en lo que están haciendo los chinos para sobrevivir en los albores de una nueva era de la electricidad.
Volkswagen está tomando un camino similar al reducir sus pruebas físicas en un 40%, en favor de simulaciones virtuales más rápidas y menos costosas. Siempre con el objetivo de reducir el tiempo para ofrecer un nuevo modelo en el mercado.
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