Gushi Cliff Coffee, una cafetería junto a un acantilado cerca de la ciudad de Fuzhou, China, ofrece vistas espectaculares de la costa y Taiwán. El café, recién sacado de un termo, se disfruta en un banco de madera suspendido en el aire. Ye Kukun, una treintañera, se atrevió a la aventura lanzándose a una subida de 30 minutos a 130 metros sobre el mar con un guía, según informa cnn.
No dudó en pagar 398 yuanes, unos 52 euros, para beber un americano, recompensa a su esfuerzo. El precio incluye equipo, seguro y fotografías tomadas por el guía.
De hecho, esta aventura es una operación de marketing. De hecho, Gushi Cliff Coffee, que lleva el nombre del pueblo vecino, forma parte de una iniciativa para promover el turismo rural. Gracias a esta atracción, la localidad ha visto florecer las infraestructuras para recibir a los visitantes: salones de té de burbujas, hoteles y campings. El objetivo: salvar la región, plagada de deudas. De acuerdo a cnnla publicación de las fotografías en las redes sociales chinas despertó gran interés.
Desde entonces, los fanáticos de emociones escalar el acantilado con motivo de un cumpleaños o una propuesta de matrimonio. Según el propietario, la aventura atrae a unos 50 visitantes al día entre semana y el doble los fines de semana.
En las redes sociales chinas Weibo y Xiaohongshu también leemos opiniones críticas: “Nunca iría a este café, aunque me pagaran”, escribe un usuario. Ye Kukun, por su parte, reconoce que “fue un poco caro y la experiencia careció de emociones”.
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