La industria, obligada a emprender el camino de la descarbonización de acuerdo con los objetivos de neutralidad de carbono para 2050, verá duplicarse su consumo de electricidad en este plazo, según el último estudio de La Fabrique de l’industrie publicado este jueves 14 de noviembre. Una evolución que no deja de plantear numerosos desafíos, tanto logísticos como financieros.
La industria consumirá 207 TWh en 2050
Para cumplir sus compromisos climáticos, la industria francesa debe acelerar su electrificación, un proyecto titánico que implica duplicar su consumo eléctrico. En 2023, este sector consumió 103 teravatios hora (TWh), cifra que se espera alcance los 207 TWh en 2050. según proyecciones de La fábrica de la industria. Este aumento espectacular refleja la sustitución gradual de los combustibles fósiles, como el gas y el fueloil, por electricidad en gran medida libre de carbono, en gran medida procedente de la energía nuclear.
La transición abarca dos aspectos principales. Por un lado, la electrificación directa de procesos industriales como el calentamiento, secado o tratamientos térmicos. Por otro lado, el creciente uso de hidrógeno libre de carbono, producido a partir de electricidad, particularmente para sectores como el del acero o el amoniaco. A esto se suman las necesidades eléctricas para las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2, esenciales para reducir las emisiones residuales en industrias como la cementera, donde la electrificación completa aún está fuera de alcance por falta de soluciones tecnológicas.
Colosales desafíos logísticos y económicos
Sin embargo, esta transformación no estará exenta de obstáculos. El éxito de la electrificación depende de tres parámetros críticos según el estudio de Fabrique de l’industrie: electricidad libre de carbono, precios competitivos y capacidad suficiente de producción y transporte a los centros industriales. Hoy en día, estas condiciones no se cumplen del todo. Si Francia ya se beneficia de uno de los mixes eléctricos menos intensivos en carbono de Europa, gracias a su flota nuclear, la incertidumbre se cierne sobre la disponibilidad futura de esta electricidad a un precio competitivo. Al mismo tiempo, el envejecimiento de las infraestructuras nucleares, combinado con la necesidad de desplegar energías renovables, hace que el desafío sea aún más complejo desde el punto de vista logístico y financiero.
El costo sigue siendo la principal barrera. “ Este no es un proyecto dado porque necesitamos electricidad a un precio asequible, competitivo, predecible y accesible. », recuerda David Loloautor del estudio. Los industriales, tras la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania desde 2022, buscan garantías de estabilidad de precios a largo plazo. En este sentido, EDF ofrece contratos de asignación de producción nuclear (CAPN) para garantizar precios preferenciales de la electricidad a largo plazo, a cambio de asumir riesgos en la producción nuclear. Estos contratos se crearon con vistas a sustituir al Arenh en 2025. Pero los fabricantes todavía los consideran demasiado caros y piden más garantías de estabilidad de precios.
El gobierno por su parte, y como parte del presupuesto de 2025, prevé destinar una dotación de 1.550 millones de euros para apoyar la descarbonización de la industria. Esta dotación financiará proyectos estratégicos como fábricas de baterías, electrolizadores, infraestructuras de captura de CO2 y conexiones eléctricas, con el fin de cumplir los objetivos climáticos y fortalecer la competitividad de los emplazamientos industriales.
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