El anuncio publicado a principios de otoño causó un gran revuelo. Al presentar el proyecto de ley de finanzas, el gobierno declaró oficialmente que quería posponer seis meses la fecha de la próxima revaluación anual de las pensiones básicas de jubilación. De hecho, estos últimos se incrementan teóricamente cada año para tener en cuenta la inflación, lo que permite a los 17 millones de jubilados franceses mantener su poder adquisitivo.
Por lo tanto, en lugar de beneficiarse de un aumento de su pensión mensual el 1 de enero, los jubilados tendrían que esperar hasta el 1 de julio de 2025. En otras palabras, las pensiones básicas permanecerían sin cambios hasta el próximo verano y las personas mayores seguirían recibiendo lo mismo. cantidad como actualmente, a pesar del aumento de los precios.
Justificada por la política de ahorro presupuestario del Gobierno, esta medida, que supondría un beneficio de unos 4.000 millones de euros para las finanzas estatales, suscitó fuertes críticas por parte de los partidos de la oposición. Ante esta reacción, pero también ante el previsible descontento de los jubilados afectados por la congelación de sus pensiones, el Gobierno acaba de dar marcha atrás anunciando que el aumento de las pensiones continuará el 1 de enero.
Pero esta noticia esconde otra noticia menos alentadora para los jubilados. En primer lugar, porque una revalorización basada en la tasa de inflación sería en cualquier caso mínima, tasa que actualmente se estima en torno al 2% tras la desaceleración de los aumentos de precios. Luego, porque el aumento previsto será incluso inferior a este tipo ya de por sí bajo.
Como confirmó el ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin, en France 2 el 12 de noviembre, el aumento de las pensiones el 1 de enero no estará indexado a la tasa de inflación, sino a la mitad de ella. En otras palabras, el próximo aumento de las pensiones no debería superar el 1%. Incluso podría ser ligeramente inferior, según estimaciones futuras, ya que el ministro anunció un tipo “probablemente” igual al 0,9%.
Por tanto, si los jubilados se beneficiarán de un aumento de sus ingresos en enero de 2025, estos últimos serán muy bajos. A modo de ejemplo, para una pensión de jubilación de 1.200 euros al mes, el aumento representaría un aumento de sólo 10 euros más al mes.
Sin embargo, habrá poco consuelo para los jubilados cuyo importe combinado de sus pensiones básicas y complementarias sea inferior al salario mínimo neto, estimado actualmente en unos 1.426 euros. Según los comentarios del primer ministro Michel Barnier el martes, el gobierno debería aplicar un segundo aumento a su favor el 1 de julio, así como una compensación por el déficit relacionado con la infraindexación de sus pensiones durante el primer semestre de 2025. .
A pesar de estas medidas compensatorias, los jubilados constituyen uno de los objetivos de la política de ahorro presupuestario que los poderes públicos pretenden implementar. En este contexto, los asegurados con las pensiones más altas están especialmente en el punto de mira. En un informe reciente, el Consejo de Deducciones Obligatorias (CPO), organismo adscrito al Tribunal de Cuentas, recomendó en particular eliminar la reducción fiscal del 10% sobre el importe de las pensiones para los jubilados con mayores ingresos.
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