Se espera que el primer ministro Justin Trudeau reorganice su gabinete en las próximas semanas.
No es la elección de Donald Trump lo que le empuja a reestructurar su gabinete, sino el hecho de que varios ministros hayan anunciado recientemente que no volverán a presentarse durante la campaña electoral de 2025.
Por ejemplo, podemos pensar en la ministra Marie-Claude Bibeau, quien anunció, un poco a principios de este otoño, que probaría suerte en el ayuntamiento de Sherbrooke, en lugar de presentarse nuevamente con el equipo de Trudeau.
Además, la salida de Pablo Rodríguez al liderazgo del PLQ supuso el nombramiento de la ministra Anita Anand como ministra de Transportes, quien también es presidenta de la Junta del Tesoro. Normalmente, estos dos puestos son ocupados por dos personas diferentes.
Calmar el descontento
Al tener que sustituir a cinco o seis ministros, el Primer Ministro tendrá que dejar espacio para caras nuevas. Esto podría permitirle hacer felices a las personas, pero también infelices.
La ventaja de esta situación, a corto plazo, es que podría aportar cierta estabilidad dentro de su grupo, porque actualmente todos los diputados sueñan con obtener un ascenso.
Sin embargo, ¿cambiará esta reorganización el estado de ánimo de los votantes? Probablemente no. En la reorganización de junio de 2023, esto no tuvo impacto en la opinión pública. Pero hoy, el líder liberal parece más preocupado por el estado de ánimo de sus tropas que por el de los canadienses.
hasta el final
La ventana para unas elecciones antes de Navidad ya ha quedado atrás: los canadienses, por tanto, acudirán a las urnas en 2025.
Claramente, Justin Trudeau parece querer llegar a la campaña lo más tarde posible, creyendo que el tiempo está de su lado.
Para lograrlo, tal vez pueda contar con el NDP, pero sobre todo, debe asegurarse de que su grupo esté satisfecho, lo que comienza con los ascensos.
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