El sistema de retención de impuestos, vigente desde 2019, sufrirá un cambio significativo a partir de 2025, para tener mejor en cuenta los ingresos individuales dentro de las parejas.
Actualmente, en el marco de la tributación conjunta, las parejas casadas o en unión civil están sujetas a un tipo de retención común, calculado sobre la base de sus ingresos totales declarados. Esta tasa, que se aplica tanto a los salarios como a las pensiones de jubilación, la recauda directamente el empleador o fondo de pensiones de cada miembro de la pareja.
A partir del 1 de septiembre de 2025, esta tarifa común pasará a ser opcional, y el sistema predeterminado pasará a una tarifa individualizada, anuncia Capital. En concreto, cada miembro de la pareja tendrá su propio tipo de deducción calculado en función de sus ingresos específicos, lo que reflejará mejor las desigualdades salariales entre los cónyuges.
Reducir las desigualdades de género
El objetivo de esta reforma es corregir las disparidades económicas que a menudo se observan entre los miembros de una pareja. El mecanismo actual, en el que se aplica un tipo impositivo único a toda la pareja, generalmente favorece al cónyuge que gana más, a menudo un hombre, en detrimento del que gana menos. Con este ajuste automático, el sistema podría penalizar a las mujeres, que suelen tener salarios más bajos.
La tarifa individualizada tendrá en cuenta los ingresos de cada miembro de la pareja para determinar el importe del impuesto a retener. Sin embargo, el sistema seguirá permitiendo a las parejas elegir, si es necesario, seguir estando sujetos a una tarifa conjunta. Este cambio debería permitir una fiscalidad más justa, sin penalizar a los miembros más pobres de la pareja.
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