Ya en una situación financiera muy precaria, la empresa Lion Électrique vio cómo el valor de sus acciones se desplomaba el jueves hasta alcanzar un nuevo mínimo en Bolsa.
El título de la empresa quebequense cayó 20 centavos, o un 25%, el jueves por la mañana, para cotizar a 59 centavos en la Bolsa de Toronto.
La víspera, el fabricante quebequense de autobuses eléctricos había advertido que teme quedarse sin dinero dentro de un año para continuar sus actividades si no encuentra otras fuentes de financiación.
Como todo es incierto en este mundo, no hay garantía de que Lion lo consiga, sobre todo porque la empresa Saint-Jérôme debe contar con la indulgencia de sus prestamistas a corto plazo para sobrevivir.
Incertidumbre
El verano fue muy difícil para Lion Électrique. Durante el tercer trimestre, la empresa amplió sus pérdidas y vio caer sus ventas.
La compañía dijo el miércoles que sus estados financieros sugieren “una incertidumbre significativa que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como una empresa en funcionamiento”.
“Según la evaluación actual de la gerencia, no hay certeza de que el efectivo y el flujo de efectivo previsto de las operaciones sean suficientes para satisfacer las obligaciones de la Compañía que vencen dentro de los próximos doce meses”, se lee en un comunicado de prensa.
En julio pasado, el gobierno de Quebec concedió un préstamo de 7,5 millones de dólares a Lion Électrique para permitirle respirar un poco.
Al mismo tiempo, la empresa anunció que había obtenido flexibilizaciones y otras modificaciones de los préstamos contratados con el Banco Nacional, el Banco de Montreal, el Movimiento Desjardins, Finalta Capital, la Caja de depósito y colocación de Quebec, el Grupo Mach y la Fundación Mirella y Lino Saputo.
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